La nueva vida de Raúl Soto, el rostro de la rebelión en U. del Mar
'Loco disculpa, me colapsó el día, no te pude contestar antes. Estoy acá en el bar, si quieres vienes y conversamos acá; la verdad es que no he dormido nada y de aquí no paro hasta la noche'.
Parece un diálogo con un cantante, una estrella de rock o alguien de la farándula. Sin embargo el que está al otro lado de la línea es Raúl Soto, uno de los jóvenes que lideró el movimiento de estudiantes de la Universidad del Mar, cuando salieron al sol 'los trapos sucios' por el cual cerca de 18 mil estudiantes a lo largo de todo Chile, vieron tambalear y casi derrumbarse sus aspiraciones de educación superior.
Ahora, lejos del boom mediático, de los flashes y las cámaras de televisión, Raúl Soto, vuelve a reencontrarse consigo mismo y como el mismo define 'estoy viviendo una vida real. La que viven todos, día a día'.
Y es que el colorín que juró nunca más afeitarse la barba, estuvo durante aproximadamente un año viviendo a la cabeza de la toma de la U. del Mar, y eso según él 'me alejó un poco de lo real. Es otra forma de vida y cuando terminó me di cuenta que había que seguir, trabajar y producir'.
Hoy Raúl siente como si necesitara un día de 30 horas, porque a sus dos trabajos y los últimos ramos de la carrera de Kinesiología que prontamente terminará en la Universidad de Playa Ancha, hay que sumarle a la pequeña Emilia de tan sólo cinco meses; la pequeña que hace que Raúl necesite más tiempo para la familia y menos para pasar fuera de casa.
'Hoy trabajo como conserje de un edificio y acá, en el bar Ritual. Además debo estudiar, hoy debía hacer un trabajo importante y por eso decidí dejar el teléfono a un lado y no contestar; necesitaba terminar esto. No he dormido nada, pero bueno así es la cosa', señala Raúl, quien pese a su evidente cansancio, muy asociado a un padre primerizo tapado en pega, se da el ánimo y el tiempo para conversar con La Estrella de Valparaíso.
-Bueno, entré en depresión (risas). No, siempre tuvimos claro que no éramos famosos, ni estrellas ni el Che Guevara. Lo único que nos tocó es defender nuestra posición porque nos estaban cagando y es lo que venían haciendo desde siempre. Muchos compañeros de este movimientos ya habían sido dirigentes antes, entonces sólo hicimos lo que cualquier persona haría si es que te están vulnerando.
Raúl confiesa que para muchos, el tiempo que estuvo a la palestra el conflicto de la U del Mar fue tiempo perdido; sin embargo, él piensa que el tiempo que ahí se consumió fue invertido.
'Si no hubiéramos hecho las manifestaciones, las huelgas de hambre, si no nos hubiéramos ido presos o si no levantamos la voz el tema habría desaparecido de la agenda mediática. No fue así; el tema siempre estuvo ahí y eso fue gracias a todos los que participamos'.
Y si bien fue el desarrollo del conflicto de la Universidad del Mar tuvo un final adecuado para la mayoría de los estudiantes, Raúl, aún siente que algo faltó por hacer.
'Nosotros queríamos hacer algo más macro, más grande. Al final logramos que los alumnos pudieran terminar sus carreras, pero quedaron muchos cabos sueltos. Qué pasó con los profesores o qué pasó con los trabajadores. No se logró al estatización, señaló Soto.
El ex dirigente de la U. del Mar señaló que 'quedaron muchas cosas que no pudimos hacer visibles como por ejemplo, el tema de las letras de la Universidad del Mar y de quién fue la idea central de hacer desaparecer esa gran cantidad de miles de millones de pesos en deudas. Eso quedó en la discusión si es que fue Papas Fritas o nosotros y ese no era el punto, ya que lo que queríamos denunciar era que el señor José Antonio Gómez, actual ministro de Justicia, encargado de establecer parámetros de justicia a través del estado, en el año 2007 fue parte del directorio de la universidad y nosotros queríamos preguntarle a él qué le parecía que se les estuviera cobrando las deudas a los alumnos si es que habíamos sido estafados. Eso era lo que queríamos lograr, pero al final se entramó en el tema de quién había hecho desaparecer las letras y no se logró la interpelación al señor Gómez'.
Con sus dos trabajos, sus estudios y su reciente rol de padre, Raúl dice que está viviendo un paréntesis en su vida. Sabe que el futuro no será así.
Pero esto no es nuevo para Raúl, ya que desde temprana edad él sintió la necesidad, no sólo por curiosidad, sino también por necesidad, de trabajar.
A los 19 años, junto a su hermana, tres años mayor, tuvo una larga y seria charla con su madre.
Le dijo que ya no quería que trabajara más y que de ahora en adelante él y su hermana se harían cargo.
'La vieja ya estaba cansada. Había cuidado a mi papá hasta el día de su muerte y era hora de que descansara. Nosotros nos hicimos cargo y comenzamos a trabajar de verdad, ya que ella se había sacado la cresta siempre por nosotros', cuenta Raúl.
En esa misma época Raúl entra a trabajar como cajero de fin de semana de los supermercados Líder.
Y es así cuando se enamora en forma definitiva de la vida del dirigente. ¿Cómo y por qué? Por su barba.
'Yo estudiaba en la Universidad de Playa Ancha y era barbón y pelucón. Tenía el pelo hasta por acá (mostrando más abajo de sus hombros) y la barba me llegaba al pecho y me hacía una trenza. Para entrar al Líder yo tenía que cortarme el pelo y afeitarme y cómo necesitaba la plata lo hice', detalla Raúl, quien confiesa que cuando se cortó el pelo y la barba no se reconoció frente al espejo.
'Me dolía mucho afeitarme; me tenía que afeitar mis pelusas que me crecían en la semana antes de ir al trabajo; llegaba todo cortado al Líder', agregó el colorín de casi un metro noventa, quien en su adolescencia soñó con ser basquetbolista.
Cerca del 2007 Raúl comienza a ser dirigente del sindicato de trabajadores de los supermercados Líder y fue ahí cuando hace u curso en la Universidad de Valparaíso que le da nuevas luces de lo que sería su futuro.
'Era un curso de Programa en Formación de Altas Organizaciones sindicales y justo en un período de vacaciones volví a la pega con barba y bigotes. Cuando vuelvo un administrador me pregunta cómo lo pasé en las vacaciones y me hace un comentario por mi barba y bigote. Me dijo que como yo era dirigente era un referente para mis colegas y no se veía bien que yo usara barba y bigotes, ya que después todos van a querer hacer lo mismo. Me pidió que me afeitara y yo le dije que no tenía problema en hacerlo', detalla entusiasmado el joven de 30 años.
'Fui al baño y me afeité. Mientras me afeitaba sentía que me estaba traicionando yo mismo y me puse a llorar. Me afeité no más, pero ese día llegué a mi casa y me propuse nunca más afeitarme, aunque me dieran ganas de hacerlo, no lo haría nunca más, nunca más me traicionaría. Comencé a dejarme la barba y a crecer el pelo y les molestó, tanto así que mandaron a personas de Santiago para que, entre comillas, me hicieran entrar en razón. Me decían que el perfil que ellos buscaban no se relacionaba con alguien de barba y bigote, pero yo les dije que no me iba a afeitar y justo en el curso que estaba haciendo me hablaron de los derechos fundamentales, que entre otras cosas decían que yo no le arrendaba mi cuerpo a la empresa, sino que mis horas de trabajo. Comencé a abrirme y a saber qué es lo que realmente debería defender un sindicato', relata Raúl, quien finaliza su anécdota de la barba con una denuncia en la inspección del trabajo, en contra de la cadena de supermercados.
En la actualidad los trabajadores del Líder pueden utilizar barba y bigotes, gracias a la gestión que hace un par de años inició Raúl; su primer triunfo sindical.
-No.
-No, de verdad por ahora no me interesa. Es que encuentro medio extraño y falto de ética el haber sido cajero de supermercado y ganar 200 lucas para después ser político y ganar mucha plata. Lo encuentro inconsecuente.
-No es que no esté de acuerdo. Cada persona es libre de hacer lo que quiera y cada persona es libre de votar por quien quiera. Si están de acuerdo votarán por ellos, si no les gusta no votas. En mi caso actualmente no lo haría, tengo otras prioridades, mi familia por ejemplo. Como te decía antes en este momento estoy en un paréntesis de mi vida, quiero salir del paréntesis y disfrutar de mi hija, ayudar a mi pareja con la crianza de nuestra hija y tratar de ser feliz. Soy feliz, pero a veces falta tiempo para estar con los que quieres', finalizó el ex dirigente y actual estudiante de Kinesiología de la UPLA, Raúl Soto. J