La familia de Emilia pide que se monitoree esa ley
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La familia de Emilia Silva Figueroa respiró aliviada ayer cuando la Presidenta Michelle Bachelet promulgó la ley que lleva el nombre de su hija, quien murió en enero de 2013 a los nueve meses de edad, víctima de una persona que manejaba en estado de ebriedad. Esto permitirá que la dura normativa contra quienes conduzcan bebidos y causen lesiones graves, gravísimas o la muerte rija desde estas Fiestas Patrias.
Sin embargo, cree que existen muchas normas en Chile que no se cumplen a cabalidad. Para ello, la fundación que crearon sus padres anunció que hará un seguimiento a los casos, para lo que pidió ayuda a la comunidad.
La madre de Emilia, Carolina Figueroa, comentó a que ni siquiera el Gobierno tiene la capacidad para darle monitoreo a las leyes, por lo que la fundación solicitó que todos quienes sean víctimas de hechos de este tipo y sientan que no se está cumpliendo la ley, se contacten con ellos a través de la cuenta de Twitter @LeyEmilia o @carocernaf.
En La Moneda, la Presidenta recordó que ella se comprometió a respaldar la iniciativa y aseguró que la ley buscaba evitar que al dolor por la pérdida de un familiar, se sumara la sensación de injusticia e impunidad.
El año pasado murieron 148 personas en accidentes provocados por conductores bebidos, un 20% de ellos en las Fiestas Patrias.
La ley endurecerá ostensiblemente las penas, que por distintas vías pueden llegar de 3 años hasta los 10 años, además de multas y perdida de licencia a perpetuidad a quienes causen lesiones graves o un fallecimiento.
Además crea el delito por fuga del lugar del accidente y la negativa a realizarse alcotest o alcoholemias, lo que será un agravante. El año pasado 541 conductores huyeron en esas circunstancias. La norma también considera que los condenados deberán pasar al menos un año presos y para acceder a beneficios tienen que haber cumplido parte importante de la pena.
Bachelet reconoció que la ley en sí misma no terminará con los accidentes por esta causa, pero cree que servirá a la sociedad para tomar conciencia de los peligros. 'Lo más importante es que la gente cambie su conducta no por una ley, sino que por responsabilidad', añadió el ministro de Transporte, Andrés Gómez-Lobo. J