La quilpueína que armó un zoológico en su antejardín
Fue hace unos ocho años cuando la señora Rosa Carvajal encontró en su patio, algunos juguetes que eran de sus nietos. Eran unos animalitos plásticos que andaban por cualquier parte. Los tomó y encontró que se veían bonitos todos juntos, en su antejardín. Los acomodó junto a las rosas, "en un metrito", dice la mujer.
De a poco este hobby fue creciendo. De un metro se pasó a dos metros y así hasta que un buen día sacó las rosas, limpió sus jardineras e instaló a sus animales en su antejardín.
"Los animales quedaban muy abajo, así es que rellené las jardineras, hice yo misma el cemento y los instalé. Vacié mis pulmones en este lugar", relató la mujer.
AGrUPADOS POR ESPECIES
"Este ha sido un proceso largo, una vez al año los pinto porque se destiñen, los hago por color, un día todos los anaranjados, otro día todos los café y así. Los más complicadas son las vacas porque un día las pinto de blanco y tengo que esperar a que se sequen y luego hacerles las manchas, igual que a los tigres con las rayitas o a los leones con sus melenas. Cada dos semanas los sacudo con una brocha, los levanto uno por uno y paso la brocha para que no se junte tanto el polvo, igual es un lío", dijo.
Aunque le queda poco espacio, dice que si le llegan más animales igual les haría el espacio y que si no es porque su hijo tiene un auto en el estacionamiento ya habría arrasado y tendría con sus animales todo el borde de la casa.
"La gente aquí ya me conoce y se ríen cuando me ven con mis carretillas llenas de mezcla haciendo cosas nuevas para los animales. Aquí es como una referencia porque los que andan por este lado en colectivo le dicen al chofer 'pasado el zoológico' o 'antes del zoológico' y saben dónde tienen que ir", relató la dueña de casa. J