En el Mercado Cardonal, el amor fue más fuerte
No era en absoluto una ilusión, sino que una realidad de esas que hoy por hoy cuesta creer. Y no porque el derecho a soñar esté coartado, sino que con los niveles de violencia que ofrece el fútbol cuesta ver camisetas rivales frente a frente y con sus protagonistas mirándose con cara de enamorados. Eso fue lo que pasó en La Cabaña de Miguel, una picada ubicada en los altos del Mercado Cardonal y donde Diego Rodríguez y Jeremías Toledo lucían orgullosos sus camisetas de Wanderers, algo normal para ese día, pero acompañado de sus mujeres, ambas porteñas, pero con la camiseta de Colo Colo. Paulina Cárdenas y Nicole Nahuelanca no se hacen problema y lucen con orgullo el insignia del cacique. Los acompañaban sus hijos Javiera, Diego y Maitiare quienes apoyados por el papá o la mamá dicen qué equipo le gusta.
"La verdad es que somos todos porteños, pero bueno, ellas son de Colo Colo y dicen que si Wanderers gana hoy se cambiarán de equipo", cuenta Diego con entusiasmo. El joven consigna que es primera vez que con su amigo del alma se reúnen con sus mujeres a ver un partido que los enfrenta, y también en el Mercado Cardonal donde Alfredo Leal lleva la batuta de todo lo que ahí pasa. Al comienzo, relata el dueño de casa, se cantó el himno de Wanderers y en el entretiempo sonó La Joya del Pacífico. "Acá vemos todos los partidos de Wanderers, hay comerciantes, abogados, jóvenes. Hoy tenemos hasta visitas de Santiago con la camiseta de la Universidad de Chile", cuenta el comerciante, quien asegura que lo que más se vende, a propósito de la sed que provoca el nerviosismo, es la cerveza.
Es un clásico
Donde el ambiente también era familiar y estaba repleto era en el restorante Santiago Wanderers, al frente del hospital Carlos Van Buren, por calle San Ignacio. Irene Carvajal es su dueña hace 35 años, aunque dice que el local debe tener unos 80 años de vida. "Acá siempre nos juntamos a ver los partidos, este local es un patrimonio de Valparaíso", comienza diciendo la mujer.
El espacio, donde el sábado una pantalla mostraba el partido de Wanderers y la otra el encuentro de la Universidad de Chile, está completamente ambientado como su nombre lo dice, Santiago Wanderers. En las paredes están las formaciones de los planteles más destacados de los caturros. En un lugar especial, la formación del 2001, esa que logró el último título que tiene en sus registros del cuadro que hoy dirige Emiliano Astorga.
Qué viene ahora, Irene lo tiene claro. "Ahora tenemos que ir por la liguilla, a Wanderers le hace falta un torneo internacional para darle la alegría a la gente que sufrió con el mega incendio", comentó la mujer. J