Restorán Serravalle
Después de una semana agotadora siempre es bueno relajarse y buscar una buena alternativa para comenzar el fin de semana, sobre todo si es en días previos a Pascua, ya que todo el mundo está con el estrés de las compras de último momento o de fin de año.
El lugar elegido es Serravalle, ubicado en Playa Amarilla, Concón y en el que la especialidad son las pastas. Con una vista privilegiada al mar, donde lo único que lo separa de las olas es el lento transitar de los autos que pasan por Avenida Borgoño. Un local bastante agradable, tranquilo, ordenado y limpio. Quizá de aspecto muy de cafetería más que de restorán con su estilo provenzal. Veníamos recomendados, por lo que las expectativas eran altas. No partimos muy bien porque para empezar pedimos unos ostiones a la parmesana que venían sobre una capa de cebolla y tomates. No estaban malos, pero parecía un plato armado y sin "gracia". Además, se demoraron en llegar a la mesa. No lo elegiría nuevamente. Con el principal cambió considerablemente el asunto. Pedimos unos ravioles rellenos con cebolla caramelizada, queso azul, mozzarella y toques de pimienta negra. La recomendación del chef era con salsa Alfredo, pero la pedimos cuatro quesos. Sin duda una de las mejores pastas que he probado en la Región de Valparaíso. Estaban en su punto de cocción, los sabores y texturas se podían identificar claramente, sin perder el equilibrio y consiguiendo una preparación que disfruta cualquier paladar. La otra elección fueron unos sorrentinos, rellenos con entrecot de cordero, un toque de mozzarella y ricota casera. Esta vez seguimos la sugerencia del chef y los comimos con salsa Pomodoro. También de excelente factura y con todos los atributos de una muy buena preparación. La atención muy buena y la persona que nos atendió conocía a la perfección la carta. Como detalle, los postres también muy buenos. Lo recomiendo de todas maneras, es un lugar para volver más de una vez y disfrutar de una buena mesa.