Douglas Estay se emocionó hasta las lágrimas tras su anhelado retorno
Una tarde plagada de afecto, recuerdos y emociones... muchas emociones, fue la que sin dudas vivió el sábado el zaguero central de Everton, Douglas Estay. Y es que luego de dos años y medio, el cabildano de 22 primaveras, volvió a defender la casaquilla de Everton. Y lo hizo a lo grande, sin miedos, ni complejos, echándose a ratos al bolsillo a los argentinos Ortega y Concistre, siempre muy bien acompañado -y guiado- por su compañero Juan Grabowski.
Tras el pitazo final, todos sus compañeros lo buscaron y saludaron. Las felicitaciones eran reiterativas, hasta que llegó su amigo y técnico en las series cadetes, Rolando Santelices, y Douglas que explota en llanto, tras un intenso y afectuoso abrazo. No era para menos, el cabildano se vio muchas veces fuera del fútbol y las luces. Y el sábado retornó y lo hizo... para quedarse.
SIMPLEMENTE FELIZ
Obviamente, el zurdo Estay fue el primero en ser solicitado por los medios, en la sala de prensa del "Elías Figueroa". Y acompañado por otro valor joven como Alfonso Urbina, nos relató lo que fue su retorno a Everton.
"Me siento muy feliz ya que cuando me volví a lesionar, llegué a pensar que ya no volvería a jugar. Pero fue ahí donde estuvo el apoyo de mi familia y los más cercanos, quienes me empujaron a seguir en esto del fútbol. Por lo mismo, ustedes vieron, terminé un poco emocionado ya que se los juro que pensé en que ya no podría jugar más. Y me siento muy feliz por el equipo, la entrega y todo. Al final terminé un poco cansado, pero es normal en estos casos".
"Nooo, en realidad, Juan es un monstruo atrás. Te habla todo el rato, te ordena y al igual que todos mis compañeros, quienes me dieron una confianza tremenda".
"Gracias a Dios, no tuve ninguna molestia. Terminé bien el partido y obviamente la emoción fue grande, ya que muchas veces pensé en irme a mi casa, estoy lejos de mi familia, vivo prácticamente sólo en la pensión del Everton y uno lo que más quiere cuando se siente triste es estar con la familia. Y cuando veo a mi mamá en la galería, emocionada, fue imposible evitar las ganas de llorar, ya que en realidad yo amo el fútbol y vivo por esto", concluyó el joven cabildano. J