En riesgo vital comerciante atropellado en camino costero
Estuvieron toda la tarde con la familia disfrutando el día de Navidad. María Araya González y su esposo Richard Fonseca Hernández habían trabajado hasta tarde en la feria de los juguetes del estero de Viña del Mar el miércoles y aprovecharon el feriado para reponer energías.
Pero mientras María optaba por descansar, Richard quedó de juntarse con unos amigos en el borde costero. Aunque según recuerda, su esposo le insistió para que lo acompañara, ella prefirió quedarse, así que Richard partió solo rumbo al punto de encuentro: la Virgen Negra ubicada en el camino costero.
"Para mí fue una salida muy rara. Había terminado de hacer la cama y de ordenar una ropa cuando me llaman y me dicen que Richard estaba muerto (...) Mi amigo lo vio tan mal que pensó que estaba muerto (...) Lo pilló una micro, parece que él iba hablando por teléfono", relata María mientras se toma un café antes de volver a ver a su esposo en la UCI del Hospital Gustavo Fricke donde permanece internado en riesgo vital.
María no culpa a nadie. Cree que simplemente fue el destino y que frente a eso nada se puede hacer.
Por 27 años compartió su vida con Richard. Con él crió a la mayor de sus hijas, y a un hijo en común que hoy tiene 21 años. El comerciante de 45 años que según palabras de su esposa, siempre fue un "giro loco" que vivió de todo pero que siempre logró salir bien parado. Hasta ahora.
"Él era una giro loco, ha tenido un montón de accidentes: chocó, lo asaltaron, pero nunca le había pasado algo (...) Verlo así como está no es vida. Él está viviendo gracias a las máquinas (...) Ya no es él", manifestó con tristeza y resignación María.
UN PELIGRO
Fue el jueves pasadas las 20 horas cuando se produjo el grave atropello. De acuerdo a información preliminar entregada por Carabineros, el peatón se habría expuesto a riesgo de accidente "al efectuar cruce de calzada por zona no habilitada". Se presume asimismo ingesta de alcohol previa.
No obstante lo anterior, personas que trabajan en el sector advierten sobre el exceso de velocidad por parte de conductores, los que en promedio, transitarían superando los 100 km/hr., precisando que jamás han visto controles de velocidad por esta arteria.
"Se trata de un camino peligroso, con curvas y sin más que una línea que divide los flujos de tránsito. El riesgo es permanente, y no sólo para los automovilistas sino también para los peatones", comentaron trabajadores del Hotel Oceanic. J