A luchar con dignidad
Everton no levanta cabeza, ni siquiera juega bien, el torneo de Primera B avanza, el puntero mantiene una distancia importante y difícil de descontar aunque resta mucho para el término del torneo y las matemáticas aún le hacen al cuadro viñamarino abrigar esperanzas de revertir la situación.
¿Qué hacer para que el equipo enmiende el rumbo y pueda al menos responder a su jerarquía de institución deportiva de primer nivel?
La pregunta se me viene a la mente, porque no veo una mejoría en el aspecto netamente futbolístico, a diferencia de algunos adversarios que sí demuestran que tienen argumentos valederos para aspirar a subir a la serie superior.
Además, ¿qué hacer cuando todo hasta ahora ha salido mal?:
La contratación del técnico para afrontar como favorito la competencia, refuerzos que no responden a su condición de tales y, para colmo de males, sin estadio en Viña del Mar para hacer de dueños de casa en la parte más importante del campeonato, como se había prometido.
Todas estas situaciones se suman al escaso poder de juego que muestra el elenco oro y cielo en cada una de sus presentaciones. Incluso, podríamos agregar entre los males la falta de disciplina en cancha del plantel, ya que en lo único que ha destacado es en la cantidad de expulsados: una docena de jugadores, que lo hacen liderar esta negativa estadística.
Por ahora sólo un modesto consejo: a no equivocar el camino e intentar hacerse respetar con pierna fuerte y prepotencia. Everton jamás se caracterizó por ello, sino por su fútbol bien practicado y agradable a la vista de los entendidos.
Entonces a luchar, sin bajar los brazos, con la frente en alto, con dignidad, aunque la meta trazada parezca inalcanzable.