La mente de los adolescentes, plantea una seria investigación de la Universidad de Darmouth, ubicada en New Hampshire, Estados Unidos, es sumamente permeable. Estudios arrojan que los jóvenes son fácilmente influenciables por cualquier tipo de estimulo que llegue desde el exterior. Incluidos los que afloran desde el interior de las consolas de videojuegos.
Según los académicos de Darmouth, los juegos electrónicos de carácter violento y/o bélico podrían aumentar los riesgos de los jóvenes de caer en la delincuencia y en otro tipo de conductas, como el consumo de alcohol y drogas. El fenómeno, explicaron, está en que dichos videojuegos con frecuencia fomentan la glorificación de personajes antisociales o soldados con tendencias asesinas, por lo que pueden llegar a alterar la concepción de la realidad de los niños.
"El estudio sugiere que los videojuegos violentos podrían no sólo incitar a los adolescentes a tener comportamientos violentos, sino también llevarlos a consumir alcohol y tabaco, tener comportamientos sexuales riesgosos, al igual que al conducir", explica James Sargent, profesor de pediatría en el Dartmouth College.
Según Sargent, los jóvenes que se divierten con este tipo de juego suelen identificarse con los protagonistas, por lo que pueden llegar a copiar sus conductas sin evaluar las consecuencias. El análisis comprendió a más de 5.000 adolescentes estadounidenses elegidos al azar, quienes respondieron una serie de preguntas telefónicas durante cuatro años. Entre los videojuegos favoritos de los encuestados están Manhunt, Spiderman y Grand Theft Auto.
Entre los efectos identificados está el cambio de personalidad, el aumento de la agresividad y la sed por vivir experiencias riesgosas. Los cambios fueron similares en hombres y mujeres. J