Casa que acoge a mujeres con dominical se llueve por todos lados: lanzan S.O.S.
De la casa de Abel López entran y salen mujeres todas las semanas. No es que sea un "Donjuán". Por el contrario, Abel, junto a su esposa e hijo, reciben cada fin de semana a mujeres que buscan cobijo y cariño. Abel y su familia viven en una casa de acogida que recibe a las mujeres privadas de libertad a las que se les otorgan salidas dominicales.
"Proyecto Sicomoro" es el nombre de la iniciativa que da albergue a las reas beneficiadas con permisos, salidas dominicales y libertad condicional que no poseen un domicilio en la ciudad. Abel y su familia les abren las puertas a estas mujeres que pagan por sus errores del pasado.
El programa de acogida es gestionado directamente por la pastoral penitenciaria y el padre Carlos Marin es quien entabla las conversaciones con las reas a las que se les concede el permiso de salida, para que tengan un lugar donde llegar, comer y dormir.
un hogar
Más que una casa, es un hogar: "Aquí no les decimos reas, para mí son sólo jóvenes, porque no les preguntamos cómo o por qué llegaron a la cárcel, eso no nos interesa", enfatiza Abel. Explica que el "Proyecto Sicomoro" busca lograr la reinserción social de las mujeres: "Ya hay casos de jóvenes que abandonaron su vida pasada y consiguieron trabajo, siguieron una vida normal", cuenta el dueño de casa.
Las mujeres que pasan por la casa siguen en contacto con la familia. "Aquí se forman lazos", aclara, y luego agrega que más de alguna vez ha botado una lágrima en las despedidas.
reparaciones
El financiamiento de la casa es sustentado casi en su totalidad por la familia. Ellos proveen todos los servicios básicos y alimentación, pero ahora necesitan ayuda económica para reparar los daños del techo. "El invierno pasado nos llovimos enteros", cuenta.
López ya ha participado en reuniones y actividades que buscan conseguir dinero para hacer mantenimiento y reparaciones en la casa, pero dice que aún falta mucha ayuda. J