Francesa dejó estudios por ayudar en tragedia del norte
Coline Aquilina podría haber estado perfectamente disfrutando de un fin de semana extendido en algún rincón de Chile, sin embargo, decidió embarrarse -literalmente- completa y viajar en total 36 horas para llegar a Diego de Almagro.
Francesa de nacimiento, esta bella joven de 20 años es estudiante de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Europa y por estos días, a decir verdad desde junio del 2014, está en Valparaíso de intercambio en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Fue ahí donde conoció a Cristian Mella, el mayor de los hijos del alcalde de Quillota, quien la invitó a Diego de Almagro-. No era un paseo, sino algo muy distinto, ayudar a una ciudad que estaba, en el suelo.
Y así llegó. Con una mochila, poco cambio de ropa y zapatillas de lona que acabarían al dar el primer paso en la Tercera Región. Pero hubo un juego de botas salvadoras que le permitió recorrer las calles y conversar con la gente. En Diego de Almagro sus vecinos quieren conversar, y cuando llegan foráneos, lo agradecen.
No es la primera vez
Pero la visita a Diego de Almagro no es la primera ocasión en que esta estudiante universitaria de 20 años se enfrenta a una tragedia. En Valparaíso también estuvo participando de los distintos operativos de ayuda en los cerros. Eso sí, reconoce, la imagen fue distinta. "Estuve en el incendio del año pasado en Valparaíso, pero meses después, ya cuando todo se había calmado. Acá fue diferente porque estuve en el momento", contó en un español perfecto. Y siguió sobre su experiencia, "encontré súper impresionante cómo se organizó la gente, nunca había vivido un desastre natural así en Francia, fue una experiencia que nunca olvidaré", comentó.
Durante el día la estudiante universitaria estuvo trabajando en la población Los Héroes, una de las afectadas por el desastre y tras compartir en casas en donde el barro y el lodo abundaba comenzó su retiro, no sin antes vacunarse contra el tétanos, tal como lo recomendó la autoridad sanitaria. "Lo pasé muy bien con la gente, me llevo muchas cosas y ojalá que el gobierno aprenda de toda esta organización que vino de la gente", agregó.
Respecto a sus impresiones al conversar con los vecinos de Diego de Almagro, esto nos dijo: "escuché mucha esperanza, nunca vi una persona llorando, estresada, hay mucha esperanza y coraje", acotó.
Coline confesó que le gustaría volver, pero para quedarse más tiempo "creo que en el largo plazo la gente necesita ayuda", acotó. ¿Cómo animar a otros estudiantes extranjeros? Acá su fórmula: "solamente mostrarles las fotos y hablarles de la gente que vive allá, lo que están viviendo, lo que está pasando, para mi no es solamente un desastre natural, hay muchas razones políticas y sociales atrás", concluyó ya iniciando su regreso desde Quillota a Valparaíso, tras 12 horas de viaje desde la III región.
Médicos coordinados
A Diego de Almagro llegó Enrique París, presidente del Colegio Médico, quien destacó el esfuerzo que están haciendo sus pares -colegiados y no- y que se vio reflejado en que 500 profesionales se pusieron a disposición del ministerio de Salud para atender en el lugar y momento que les indiquen. "Estamos muy conformes, por primera vez estamos coordinados bien con el ministerio y con la ministra. Hemos logrado armar una oficina de coordinación en Santiago para que los médicos se vayan inscribiendo y luego ir destinándolos según la necesidad que haya", contó.
Abuelitos aburridos
En el albergue municipal de Diego de Almagro la entretención falta. Elisa Aracena es la vocera de la sala de adulto mayor y con pena cuenta que sólo tienen un televisor blanco y negro. "No tenemos dominó, juego de mesas, nada, y tampoco nadie viene a vernos, estamos condenamos a estar acordándonos de lo que pasó todo el rato", contó la mujer clamando por entretención para sus poco más de 25 "viejitos", como ella les llama con cariño.
El escenario en el albergue, se aleja mucho a lo que ocurrió en Valparaíso, donde prácticamente había que inscribirse para llevar entretención a quienes lo habían perdido todo en el megaincendio. J