Una condena ejemplar que sin duda alguna sienta un fuerte precedente fue la que resolvieron ayer las tres juezas integrantes de la cuarta sala del Tribunal Oral en Lo Penal de Viña del Mar, al condenar a Gonzalo Rojas Torres, a cinco años de presidio como autor del delito de conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte y cuatro años por no socorrer ni avisar a la autoridad correspondiente tras haber atropellado a Pablo Ascencio Solari, el pasado 21 de septiembre de 2014.
Lo severo de la condena, es que el joven y promisorio universitario deberá cumplir los 9 años de presidio de manera efectiva, sin la opción de penas sustitutivas. Su acompañante en tanto y quien fuera condenada como encubridora por los mismos delitos, Katherine Antequera Maldonado, fue condenada a 400 días de presidio, pudiendo a diferencia de Gonzalo, optar a una pena sustitutiva en su caso sujeta a un control por tres años.
"Una pena ejemplar porque Pablo ya no está. Ya se hizo justicia. Pablo no va a volver pero por lo menos se condenó al responsable para que tome conciencia la sociedad de que no hay que conducir en estado de ebriedad", declaró tras conocerse la resolución, Maritza Solari, madre del universitario fallecido.
Benjamín Silva, en representación de la Fundación Emilia manifestó que con esta condena de 9 años "se acaba la impunidad contra el manejo en estado de ebriedad y con drogas".
Silva efectuó un llamado a disociar el consumo de drogas y alcohol del volante insistiendo en que "todo este dolor, el dolor de la familia del condenado, el dolor de la familia de Pablo, se puede evitar".
Roberto Depaux, fiscal a cargo de esta causa destacó que el fallo emitido deja en claro la importancia que tiene para la sociedad este tipo de hechos.
"Sin perjuicio que el imputado tenía irreprochable conducta anterior, la extensión del mal causado se valoró por el tribunal y en definitiva impuso las penas que el Ministerio Público estaba solicitando", precisó el Depaux. J