El uso de los tatuajes en el mundo del hampa
Semanas atrás un caso policial llamó la atención de la comunidad. Un peligroso delincuente habitual fue arrestado por la PDI. Crucial para su detención fue una inusual lágrima negra tatuada en su rostro. En sus fechorías buscaba ocultarla con apósitos, parches curitas e incluso maquillaje, pero de todas maneras fue identificado.
En su dilatada carrera la subprefecto Rosita Torres, jefa de la Brigada Investigadora de Robos (Biro) de Valparaíso, ha conocido al menos cinco antisociales que se tatuaron lágrimas en su cara, lo que está asociado principalmente a un recuerdo por el fallecimiento de la madre, un hijo u otro ser querido muy cercano. "Los reclusos por lo general se tatúan nombres de personas que son muy queridas, con los que tienen una vinculación afectiva, además que dentro de los penales se exacerba el apego a sus familias. Dibujan imágenes en su cuerpo en forma muy rudimentaria, sin medidas de higiene. Por ejemplo calientan utensilios metálicos, fierros o tintas artesanales con agujas. Las pueden realizar ellos o compañeros de celdas. Son hechos dolorosos que han ocurrido en su vida y lo van reflejando en su cuerpo mientras están detenidos", comentó.
Claro que la jefa policial enfatiza que no hay que estigmatizar, y se debe diferenciar a las personas que en forma artística gustan de los tatuajes y los realizan en centros especializados con autorización sanitaria, de los realizados en forma artesanal por los antisociales en las cárceles.
La PDI almacena en sus archivos los tatuajes, cicatrices tanto quirúrgicas como naturales de los delincuentes, que sirven cuando se abren procesos investigativos y las víctimas pueden identificar algún rasgo característico. Son indicios junto a otros medios de prueba que forman parte de las evidencias en un posterior juicio oral.
La subprefecto Torres es de la idea que en el caso de los delincuentes de la zona el tatuaje no pasa de ser una moda, y que más encima esta en franca retirada porque va contra la impunidad con la que esperan actuar en sus ilícitos. De igual forma hay algunos parámetros que han sido identificados. "Dentro de los estudios de la PDI en el área de robos hay una cruz y la imagen de Las Tres Marías que están asociadas a los delincuentes que roban. Esto dentro del sistema penitenciario, porque no significa que todos aquellos que se realicen estos tatuaje sean ladrones o infractores de la ley", recalca. De igual modo manifiesta que los antisociales criollos no tienen prácticas de otras culturas como los temibles "maras" centroamericanos, las mafias japonesas o rusas, donde los tatuajes son importantes. "Acá no existen agrupaciones con rituales de iniciación o que se identifiquen como bandas, a través de determinados símbolos", aclara.
ESTUDIO DE LA PDI
El subcomisario Henry Agüero, ex integrante del Laboratorio de Criminalística de la PDI de Valparaíso, realizó un estudio sobre los tatuajes criminales, el que fue publicado en la edición N°135 de la revista institucional. Analizó costumbres y rutinas de reclusos de penales de Santiago, Concepción y Valparaíso.
Por ejemplo, su trabajo estableció que cuando un antisocial luce una espada con una serpiente enroscada habla de su suma peligrosidad, especialmente para la PDI, pues el dibujo se conoce en el mundo del hampa como 'la burla para los policías'.
Entre los tatuajes más representativos están "Las Tres Marías" y "la cruz del ladrón". El primero se refiere a tres puntos en línea recta y separados por una breve distancia. En general son auto inferidas mediante técnicas de tatuaje carcelario (pila, tinta china, agua, aguja) y simboliza el pacto de protección que tienen con la Virgen de la Monserrat o Virgen Morena, protectora del hampa. Mientras "la cruz del ladrón" es el bautizo de quien cometió un robo sin ser detenido. Las iniciales de los nombres son también muy característicos de los antisociales; quienes los utilizan en su gran mayoría son delincuentes comunes como una forma de reafirmar su identidad. También existen tatuajes con motivos afectivos, donde se tatúan en la zona cercana al corazón los nombres de las personas amadas (esposas, madre, hijos, etc.)
Otra categoría son los con motivos místicos. Son imágenes religiosas como santos, vírgenes, figuras de cruces cristianas o imágenes de Cristo. Generalmente este tipo de tatuajes son usados por internos que han cometido delitos violentos como homicidios, violaciones o asaltos con homicidios. Otros son los denominados con motivos agresivos, donde los tatuajes usados por los hampones buscan demostrar entre sus pares o la sociedad su agresividad, especialmente cuando se sienten atacados. Son imágenes de aves de rapiña, animales feroces, puñales o espadas. J