Antiguo refugio de Pablo Neruda ya es patrimonio
"¡Ventana de los cerros! Valparaíso, estaño / frío, / ¡roto en un grito y otro de piedras populares! / Mira conmigo desde mi escondite / el puerto gris tachonado de barcas, / agua lunar apenas movediza, / inmóviles depósitos del hierro. / En otra hora lejana, / poblado estuvo tu mar, Valparaíso, / por los delgados barcos del orgullo".
Esos son algunos de los versos del Canto X, "El fugitivo", que forman parte del "Canto General" de Pablo Neruda y que el poeta escribió mientras estuvo en un refugio del cerro Lecheros de Valparaíso y que forma parte de los distintos escondites por los que pasó a partir de 1948, luego de que se promulgara Ley Permanente de Defensa de la Democracia, conocida como la "Ley maldita" que perseguía a los comunistas.
Ayer, a 67 años de aquel episodio, la municipalidad declaró como Patrimonio Intangible aquella casa ubicada en calle Cervantes N° 14, justo al lado del ascensor Lecheros y con ello dio inicio a las actividades conmemorativas del 12° aniversario de la declaratoria de Valparaíso, como Patrimonio de la Humanidad.
la escala y la ventana
Fue en el subterráneo de aquella casa donde Pablo Neruda pasó un tiempo en el total anonimato. El refugio hoy luce cambiado, pero conserva la escalera original donde el poeta se encaramaba para mirar por una ventana ubicada en la parte alta de aquella humilde habitación. Desde ahí podía observar el plan de la ciudad, lo que hoy es el Pasaje Quillota.
La actual dueña del inmueble, María Teresa Aguilera, ayer mostró sus rincones, hoy llenos de pósters y cuadros con la imagen de Neftalí Reyes. "Hoy se concreta un gran proyecto que es nombrar esta casa como Patrimonio Cultural Intangible. Es una casa con una hermosa historia, donde Neruda permanece un año y escribe parte del 'Canto General'. Su idea era escapar como polizón, pero finalmente eso no se logra".
Aguilera destacó que con esta iniciativa el cerro se puede transformar en un polo de atracción turística. La idea a futuro es abrir las puertas a porteños y turistas, pero el cómo todavía está por definirse. "Acá no hay nada que ver, sólo hay que impregnarse del espíritu nerudiano", aseguró. J