Murió el padre Cromacio del Seminario San Rafael
Dejó un gran legado en la comunidad del Seminario San Rafael, pero sobre todo en su gente más cercana. Y es que el padre Cromacio Díaz de Alda Urzúa, era porteño de corazón, playanchino y orgulloso de sus antepasados vascos.
Un sacerdote poco tradicional que repartía su tiempo entre el trabajo semanal que significa guiar espiritualmente a uno de los colegios más tradicionales de la ciudad Puerto y el descanso en su hogar en el sector de Granizo, en Olmué, donde falleció el martes. Su sobrino, Alvaro Rodríguez Díaz de Alda, recuerda a su querido tío como un apasionado de la fotografía, pero en el formato analógico, y también del andinismo, un hombre y maestro que se descuadraba del estereotipo de los curas.
"Se podía hablar con él, no como si estuviese hablando con un sacerdote, sino que en un tono más íntimo y directo, sin prejuicios. Él siempre fue muy franco, y tenía una manera de ser muy auténtica. Realmente a veces no parecía un cura sino más bien un amigo", relata el sobrino.
LA CIMA MÁS ALTA
En sus años mozos, Cromacio estuvo ligado al andinismo, una actividad que por varios años lo tuvo como protagonista, ya sea ascendiendo montañas, organizando excursiones, o como dirigente de numerosos organismos relacionados con la disciplina. Fue directivo del Andes Ski, para luego desempeñarse como presidente de la Asociación de Andinismo de Valparaíso y Aconcagua.
Sus funerales serán hoy a las 15 horas en la Catedral Porteña, y sus restos serán enterrados en el cementerio Parque del Mar. J