La compleja realidad de nuestros abuelos
La señora Alicia tiene 76 años y hace uno quedó viuda tras el fallecimiento de su esposo y compañero de toda la vida, Jorge. Ella no oculta el sufrimiento con el que aún está aprendiendo a vivir por la pérdida de quien fue su esposo durante más de 50 años, unión de la cual nacieron cuatro hijos y once nietos de todas las edades. Precisamente es por ellos que ella toma la fortaleza necesaria para seguir de pie. Y su familia ha creado un círculo de unión y amor en torno a la figura de los abuelos, el que se ha fortalecido ahora que la adorada 'abuelita', permanece en una situación vulnerable.
"Es que yo soy la machi de esta tribu, tengo un nieto de 14 años que vino a vivir conmigo, él está en la escuela y depende de mí. Y todos se reúnen en mi casa, el hogar que construimos con mi marido. Por eso nunca estoy sola, siempre alguno de mis hijos o nietos está conmigo, siento que aún me necesitan y trato de estar bien por ellos", cuenta la abuelita querendona, que no niega que tiene achaques propios de la edad, pero que gracias a la red de apoyo familiar con la que cuenta es más fácil sortear sus dificultades.
Pero ¿cuál es la realidad de los adultos mayores de nuestra región? La proyección 2015 que realizó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sindica a Valparaíso como la región con mayor porcentaje de adultos mayores. Sin embargo, la Encuesta Casen nos deja en tercer lugar de las regiones más envejecidas a nivel nacional, detrás de las regiones del Maule y Los Lagos, pero por diferencias porcentuales mínimas; siendo El Quisco y El Tabo las comunas que sobrepasan el 25% de la población mayor.
Eso quiere decir que gran parte de la población tiene más de 60 años, según Viviana Valle, la directora regional del Senama. Lo anterior se debe a que "hay una migración desde otras comunas, y de la Región Metropolitana hacia el litoral central cuando las personas jubilan y buscan una mejor calidad de vida. Lo que también ha impuesto grandes desafíos en las comunas, en los gobiernos locales, en la comunidad, y nosotros como servicio hemos tratado de ir impulsando actividades ahí que permitan que estas personas tengan mayores ofertas de recreación", aclara.
Pero la realidad de nuestros abuelitos es muy diversa y a ratos compleja, partiendo por las bajas pensiones solidarias que reciben del Estado, un problema que muchas veces viene de la mano de enfermedades típicas de la vejez que les generan gastos. Al igual que la señora Alicia, muchos son jefes de hogar e incluso se hacen cargo de sus nietos, o se hacen cargo del cuidado de algún familiar; ya sea un hijo con discapacidad, un hermano de la tercera edad, e incluso entre cónyuges mayores que tengan algún tipo de dependencia.
RESPETAR SUS DERECHOS
Otro punto de preocupación es sobre quienes viven sus últimos años de vida bajo situaciones familiares complejas, muchos están solos porque no tienen vínculos con sus hijos ni redes. "Nosotros como servicio tenemos una oferta programática bien diversa que está dirigida a adultos mayores autovalentes, y otra que está dirigida a personas con algún grado de dependencia, ya que nosotros como Estado tenemos que garantizar los principales derechos de los adultos mayores, partiendo por el trato digno y el reconocimiento como personas con derechos. Otro tema es la autonomía, que muchas veces tienen dependencia de otros, siguen siendo capaces de tomar decisiones y eso es algo que nosotros y toda la sociedad tiene que respetar", afirmó la directora.
El derecho a la recreación y la participación es fundamental para los abuelitos, y para garantizarlos el Senama tiene sistemas de protección social. Pero más allá de las instancias formales, también debe haber un cambio social y cultural respecto a cómo vemos a las personas mayores, ya que la valoración de su experiencia y sabiduría adquirida con el paso de los años puede ser muy enriquecedora para las nuevas generaciones.
Sus principales vulnerabilidades son del aspecto salud y el no contar con redes familiares que los hace un blanco fácil para la delincuencia. Para eso el Senama hizo una alianza estratégica con la Coordinación de Seguridad Pública Regional y han desarrollado capacitaciones a dirigentes vecinales y así ellos se las transmitan a la comunidad. También trabajan con la Policía de Investigaciones, y el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol.
BUENOS TRABAJADORES
Es común ver adultos mayores trabajando y desempeñando distintas labores, algunos lo hacen por necesidad, otros porque dicen que les gusta sentirse útiles, o simplemente porque aún tienen mucho que entregar en el aspecto laboral. Hay profesores con más de 70 años que continúan dictando clases en las universidades porque quieren seguir trabajando, otros tienen sus negocios y emprendimientos, también hay destacados médicos que siguen en ejercicio y así muchos ejemplos.
"Una vez visitamos a una adulta mayor que siempre vendía cosas en una esquina por una denuncia que nos hicieron. Fuimos y le preguntamos cómo estaba, nos respondió que bien, por qué estaba ahí, dijo que porque así ella juntaba sus pesitos y que venía dependiendo de cómo se sintiera, del clima y el frío. Efectivamente ella lo toma como un trabajo y tiene la libertad de hacerlo, comprobamos que vivía con su hija en un departamento, y que recibía una pensión básica solidaria. Por lo tanto al tener autonomía no se estaban vulnerando sus derechos", aclaró Valle.
También hay abuelitos que hacen voluntariados muy potentes en los hospitales, y se dedican a cuidar a enfermos. J