Dejó su familia y trabajo para ir a cuidar 13 perros
No cabe duda que hay gente que ama mucho a los animales. Tal es el caso de Gonzalo Henríquez, que sin medir consecuencias, decidió dejar a su familia y trabajo para irse a vivir a la calle a cuidar perros. Esto sucedió hace cinco años, cuando se instaló en 1 Norte, a la altura del Jumbo de Viña del Mar. "De niño que siempre me han gustado los animales porque me crié con ellos. Y cuando andaba por ahí, a veces los veía en muy mal estado y me daba mucha pena que nadie hiciera nada por ellos. Entonces quise dedicarme a ellos", explica desde Quilpué.
Antes de estos cinco años, Gonzalo tenía una esposa y era encargado de algunos supermercados de la zona. Luego se dedicó a ser cartero y fue en este oficio que se encariñó más de los canes. "Aprendí mucho con ese trabajo y ahí vi todo el abandono que tenían estos animales. Así que dejé todo y me fui a vivir a Viña donde sólo había unos chicos que se dedicaban al reciclaje", declara.
La primera perra que cuidó se llamaba Tabata y luego de ella vinieron 12 más. "Pero la chica es la única que se sube al carro y anda conmigo a todas partes porque la salvé de una enfermedad y tenemos una conexión especial. El resto fue llegando de a poco y somos una manada", indica. Ahora bien, como para sobrevivir también se dedicó al reciclaje, en sus paseos conoció a harta gente que le regalaba comida. De esta forma, alimentaba a sus perros, los cuales lucen en buenas condiciones. "Nunca han pasado hambre", asegura Gonzalo.
La historia rápidamente se difundió en redes sociales y mediante Facebook, animalistas lograron conseguirle una casa para vivir en el sector de Los Pinos, Quilpué. Allí vive con 10 de los 13 perros y se las arregla con el reciclaje. "Estoy muy agradecido de lo que hicieron por mí porque siempre quise un lugar para poder estar todos juntos", destaca. La casa es pagada por los animalistas quienes admiran lo que Henríquez ha hecho. J