Portuario jura que policía lo golpeó como "piñata"
Las Fiestas Patrias más amargas de su vida tuvo un porteño que ayer fue arrestado por violencia intrafamiliar, y resultó con su rostro ensangrentado por una presunta agresión policial.
De acuerdo a la formalización de la fiscal Greta Fuchlocher, la situación aconteció pasadas las 04.30 horas de la madrugada, cuando Carabineros de la Octava Comisaría Florida fueron alertados de un caso de violencia intrafamiliar en la calle Mesana del cerro Mariposas. Una mujer de 30 años señaló que momentos antes llegó a su casa junto a su pareja.
Llegaban de celebrar Fiestas Patrias donde unos amigos cuando su conviviente -con el que tiene una hija de 7 años-, en estado de ebriedad, se puso celoso y le pegó con un palo en el cuello, la golpeó con pies y puños en el cuerpo, y le arrojó un celular en la nariz. Tuvo heridas leves de acuerdo a la constatación de lesiones del hospital Van Buren, al igual que el detenido, el portuario Miguel González, de 35 años. Pero el imputado asistió a la audiencia con su rostro muy ensangrentado, lo que llamó la atención de la jueza y la fiscal.
denuncia a policía
La propia víctima presente en la audiencia asintió en que cuando se lo esposaron no tenía esas heridas visibles. El inculpado cursó una denuncia contra la policía uniformada y la fiscal confirmó que oficiará a la jefatura de la comisaría para que se indague a los funcionarios de turno durante el procedimiento. El tribunal dispuso para el imputado las medidas cautelares de abandono del hogar común, prohibición de acercarse a la víctima, y que se someta a tratamiento de control de impulsos y contra el alcoholismo.
A la salida del juzgado Miguel González accedió a contar a La Estrella su versión de lo acontecido. Admitió que se hallaba ebrio y que con su pareja discutieron camino a la casa. Dice que se durmió en su auto y que su pareja le rompió los vidrios del vehículo con una piedra. De las agresiones enumeradas por la fiscal contra su mujer, reconoce haberle lanzado el celular al rostro. Dijo que ya al momento de ser arrestado hubo exceso de fuerza policial. Después de la constatación de lesiones en el hospital y regresar al cuartel policial, al ser bajado del furgón para irse al calabozo, un funcionario que identifica como un cabo lo atacó en el rostro con un objeto contundente que no logró determinar, que lo hizo casi perder el conocimiento. "No fue golpe de puño ni una caída. Llegue sangrando al calabozo y querían que me lavara la cara, pero me negué... quería que en el juzgado vieran como me dejaron". Planea acciones legales contra la institución.
González halló injusto que deba abandonar la casa que es de su propiedad. Dice no ser alcohólico pero sí impulsivo, por lo que se hará el tratamiento médico. Asume como error no haber denunciado antes a su ex por violencia intrafamiliar. J