Con sándwiches y música visitaron a sus familiares
Quienes llegaron hasta el cementerio N°3 de Playa Ancha para conmemorar el Día de todos los Santos, no sólo se dedicaron a pasar una jornada de reflexión junto a sus seres queridos, sino que también a comer y disfrutar de la música que colocaban desde sus teléfonos móviles. De esta manera, no era raro ver que en los pasillos, como en el sector del pasto, varias familias estuvieran tendidas en el suelo compartiendo sándwiches y hasta completos que ahí mismo preparaban.
"La partida de un ser querido es algo muy difícil de aceptar, pero nosotros tampoco queríamos venir y estar con pena porque la muerte es algo que a todos un día nos va a tocar. Además, nuestro papá siempre fue una persona alegre, por eso quisimos venir a almorzar con él en este día especial y hablarle de lo que estamos haciendo cada uno. Es lo que a él le hubiera gustado", dijo Jorge Ledezma, uno de los porteños visitantes.
Almuerzos
Los que pudieron ingresar con sus vehículos pagando el peaje de $500, también acompañaron a sus seres queridos bebiendo cafés. "Del año pasado que hemos adoptado esta costumbre de venir un rato a ver a la abuelita y compartir con ella. Le traemos las flores, le limpiamos su tumba y luego nos quedamos conversando y acompañándola hasta que cierran. Y a veces dejamos la radio del auto puesta para poner un poco de música en el ambiente", señaló Maritza González.
Los niños tampoco lo pasaban mal. Comían helados y aprovechaban de caminar por el camposanto, jugando y observando con asombro las esculturas y figuras de las tumbas. Los más grandes y especialmente los jóvenes, se iban derecho a las de Martín Busca y Emile Dubois, la cual está llena de placas de agradecimientos por favores concedidos.
"Vinimos para acá porque conocemos la historia y nos parece muy interesante. Nos gusta venir, visitarla y ahora volvimos porque la más pequeña de nosotras no la conocía. Nos sorprende cómo ha ido creciendo y llenándose de placas, porque antes tenía unas pocas y ahora son demasiadas", manifestó la señora María Figueroa. Yannira, la niña que no conocía la tumba del francés que fue acusado y posteriormente condenado por matar a cuatro europeos de la alta sociedad, declaró estar admirada. "Es interesante", apuntó.
En este sentido, el administrador del camposanto, Lincoln Parra, indicó que al igual que en años anteriores, ésta ha sido la tumba más visitada. "El flujo de gente comenzó desde el viernes y Emile Dubois sigue siendo la tumba que más visitas tiene. Puede ser porque le atribuyen muchos milagros y de hecho, en una ocasión, un hombre que tenía una empresa a punto de quebrar le pidió un favor y se comprometió a hacerle una estructura de fierro si es que salía adelante. Y así fue. Nos pidió permiso para cumplir su promesa y lo hizo", detalló.
Los mitos
Luego del francés, la gente visita a Valentini - Pisoni, la tumba de un niño llamado Arturo y que fue asesinado a los siete años por un familiar. ¿La razón?, el extraño mito que le circunda. "El cajón se salía de la tumba y luego que lo volvíamos a guardar, lo mandábamos a sellar y extrañamente volvía a aparecer rota y con las piedras afuera. Nos ha llamado bastante la atención, pero ya no lo mandamos a arreglar porque gastábamos muchos recursos", declaró Parra.
En este sentido han surgido dos teorías. La primera, que el alma en pena del infante logró romper el cemento por su angustia y la otra, que es la misma gente la que rompe el concreto para mirar hacia el interior.
La tercera tumba más visitada es la de Martín Busca, el hombre que se dice hizo pacto con el diablo para obtener riquezas a cambio de entregar su alma cuando muriera y su cuerpo tocara tierra.. "Por eso la tumba está afirmada por cuatro patas de felinos, para que el cuerpo nunca toque el suelo y así no se lo lleve el diablo", señaló el administrador, explicando el mito. J