Hasta los dos años Anastasia Cárcamo Yáñez fue una niña normal. A esa edad le diagnosticaron miastenia gravis, enfermedad neuromuscular autoinmune, que se le manifestó con dos paros cardiorespiratorios que le produjeron una parálisis cerebral. Hoy, a los siete años, depende de otros para moverse y se comunica sólo con señas porque además tiene una traqueostomía.
En la actualidad requiere de una cirugía por luxación de cadera izquierda, problema que le genera un gran dolor, especialmente cuando la mudan. Pero, a pesar de que en el hospital Carlos van Buren ya autorizaron la operación, hasta ahora no ha podido concretarse.
Su mamá Pamela Yáñez ya no sabe qué hacer. Ha puesto varios reclamos en el mismo hospital -el último fue el 11 de noviembre- y hasta ahora no ha tenido respuesta. "Nosotros consideramos que desde que se le manifestó la enfermedad, hasta ahora, Anastasia ha tenido una gran evolución. Pero hace dos años tuvo esta luxación de cadera izquierda debido a los casi dos años que estuvo postrada. Eso la tiene muy complicada porque el sólo hecho de cambiarle el pañal le genera mucho dolor".
Esta familia es de un sector rural de Algarrobo y deben trasladarse a Valparaíso a las terapias que la niña recibe en el instituto Teletón. Este año ha ingresado dos veces al Van Buren para ser operada; la última vez fue en mayo pero la falta de cama en la UCI obligó a reprogramarla. El compromiso era concretarla antes de un mes, pero hasta ahora (seis meses después) no ha ocurrido.
"Anastasia ha ido empeorando. Ya tiene cuatro centímetros de diferencia entre una pierna y otra, su pierna está recogida y no se sienta bien. Está empezando una escoliosis, se está atrofiando", aseguró su mamá.
La miastenia gravis es una enfermedad que afecta los músculos voluntarios y sus síntomas son caída de párpados, visión doble, falta de fuerza en los brazos, manos y dedos, dificultad para hablar, entre otros. J