A contar del próximo año, ninguna tienda ni supermercado del país venderá ampolletas tradicionales. ¿La razón? el gobierno ha decretado su prohibición con el fin de mejorar el uso de la energía. De esta manera, los ciudadanos sólo tendrán dos opciones para iluminar sus hogares: las lámparas fluorescentes compactas y los LED. En ambos casos, el precio es un poco más elevado que las típicas ampolletas incandescentes, pero de acuerdo a la opinión de expertos, a la larga será un beneficio.
Al respecto, el seremi de Energía, Jorge Olivares, declara: "El primer cambio normativo apunta a mejorar aquellas falencias que el Estado detectó en eficiencia energética. Así nos dimos cuenta que gran parte de la energía de la ampolleta incandescente se va en forma de calor, porque la ampolleta se calienta y sólo un 20% genera luminosidad. Es por eso que el país ha optado por cambiar esa ampolleta tradicional por modernas".
Ahorro de $1.000
Dentro de estas ampolletas modernas, existen las compactas (con forma de espiral) y las LED, las cuales ahorrarían aproximadamente unos $1.000 al mes. "Obviamente una persona que compra una ampolleta tradicional por $250 ó $300 va a preferir esa ante que una moderna por su valor, pero en un plazo de un mes habrá ahorrado $1.000. En el caso de las LED, que son más caras, la vida útil es mucho más extensa. Las ampolletas tradicionales sólo duran mil horas, mientras que las eficientes, unas 6 mil", apuntó el seremi Olivares.
El ingeniero eléctrico Alejandro Zatonyl, que vende este tipo de iluminación a través de su empresa "Ledazmaz", en Viña del Mar, valora la iniciativa. "La medida es buena porque un LED de buena calidad es un ahorro de hasta un 90% que una ampolleta normal de 100 watts. Para hacernos una idea mejor, un LED de buena calidad, de unos $7.400, son 30 mil horas de vida útil", plantea.
Eso sí, a la larga la implementación de esta iluminación lo dejará sin trabajo. "Llevo dos años en esto y la ampolleta LED es la mejor por su calidad y vida útil. Ya he instalado muchas de ellas en hoteles y edificios de Reñaca y Viña del Mar, pero como duran tanto, me dejan de llamar y voy perdiendo clientes porque ya no necesitan. En el caso de las casas particulares, las personas todavía no se deciden porque lo encuentran caro, pero mientras lo piensan, yo empiezo a buscar otro negocio", dijo entre risas.
Si usted desea empezar de a poco a adaptarse a la medida, puede escribirle a don Alejandro al mail ledazmas@gmail.com. J