Hoy, la emblemática playa Las Torpederas parece de otro planeta, pero más bien del inhóspito Marte. Rocas y piedras, de todas las dimensiones y grosores, emergen en cada uno de sus rincones. De su atractivo, poco.
En donde antes -a esta fecha- había arena, familias y nadadores, sólo se aprecian retroexcavadoras, maquinaria pesada y objetos contundentes.
Enfundado en su buzo, Johan Flores, oriundo de Playa Ancha y presidente de la ONG Unidad de Rescate y Salvamento (URS), se encuentra en un operativo clave en la previa estival: limpiar el fondo marino.
Y es que después que las violentas marejadas azotaran al borde costero en agosto pasado, numerosas playas de la zona sufrieron los embates. Ante ello, esta ONG (en conjunto con la maestranza Diesel de Santiago y la Muni de Valparaíso), equipada exclusivamente con ocho buzos de la región (deportivos y comerciales), se lanzaron al agua para los rellenos de rigor. Objetivo: alargar 20 metros de orilla y 60 centímetros de arena.
sorpresas A flote
En Las Torpederas ya pasaron por una primera etapa de retiros de escombros y fierros. Ahora, la segunda. Sorpresas, varias: tres muñecas roñosas "de esas monstruosas" acota Flores. "Hasta los colegas se aterraron", dice quien fuera buzo de la Armada por 20 años y que participara en las misiones de rescate en el tsunami de 2010 y en la recuperación del caza 212 en Juan Fernández.
También asoma en la orilla un cable del tipo estrobo, utilizado en la Guerra del Pacífico.
Jorge Castro, edil porteño, ya se mostró contento con las labores y "altas capacidades de los expertos".
A su vez, los buzos insertaron en el océano un tubo de fibra óptica, vital para Internet en Chile.
"Me emociona devolver la mano. Yo fui cuidador de autos acá y el Tiburón Contreras me enseñó a nadar aquí", cierra Flores. J