Claudia Carvajal R.
Pasado el mediodía de ayer Honorio Céspedes, instalado en el living de su casa en el barrio Santa Elena, se funde en un emotivo abrazo junto a su hermana. Ambos sollozan de emoción y no es por el Año Nuevo: Ella está feliz porque él salvó ileso de un violento asalto que horas antes sufrió en la misma vivienda y que todavía lo tiene en shock.
El hecho ocurrió alrededor de las 01.45 de la madrugada, cuando cuatro desconocidos botaron a golpes la puerta de entrada de la casa -ubicada en la calle Federico Costa- para luego amenazar con un arma de fuego al dueño de casa que a esa hora se encontraba solo.
"Me estaba quedando dormido en mi cama cuando siento un golpe en la puerta. Yo creí que habían asaltado a mi hijo Marco que había salido. Ahí me asomo al pasillo y un tipo me pone la pistola en la frente y me empiezan a decir de todo", relató todavía nervioso, Honorio.
El afectado alcanzó a darse cuenta que eran cuatro las personas que ingresaron a su casa, todos estaban con capuchas anchas sobre sus cabezas. "Sólo les veía de la boca para abajo, pero el que me puso el arma me gritó que no lo mirara", señaló Céspedes.
Los tipos llegaron pididiendo plata y otros se fueron directo a una habitación del fondo, donde el hijo de Honorio que es músico, tiene un estudio de grabación y varios instrumentos. "Yo veía que salían con las guitarras de mi hijo, con amplificadores, órganos, todo. Sentí que se caían cosas, pero la verdad no recuerdo mucho más", reconoció el afectado, quien durante todo el tiempo temió por su vida y que los asaltantes lo golpearan para dejarlo inconsciente.
Según su hija Andrea Céspedes, Honorio que es hipertenso y sufre de diabetes, cayó en un estado de shock. Afortunadamente no lo golpearon, sólo vivió un gran susto. "Además de los instrumentos se llevaron un plasma, unas joyas y algo de plata. Las pérdidas son de cerca de un millón y medio de pesos más o menos", destacó.
Excesiva violencia
Honorio Céspedes vive solo junto a su hijo Marco en una casa antigua, de familia, donde salvo los instrumentos musicales, no tenía más objetos de valor. Por eso Andrea Céspedes y otros vecinos sospechan que los ladrones estaban dateados. "Acá siempre entra mucha gente por el estudio de grabación entonces deben haber sabido lo que había dentro", advierte Andrea.
A la hora del asalto fueron muchos los vecinos que salieron a ver lo que ocurría, los que fueron amenazados por el asaltante que estaba armado al momento en que los delicuentes empezaban su huída a bordo de un vehículo.
"Estábamos en la casa compartiendo un rato cuando escuchamos un golpe, como que algo se quebraba. Salimos a mirar y había un Kia Ceratto plomo, con los vidrios polarizados, estacionado afuera. Como el barrio acá es tranquilo, nunca imaginamos que estaba pasando esto. Y cuando sentí unos insultos salí de la casa y vi a unos cabros con unas guitarras. Al vecino de al frente le lanzaron una botella y a mí me amenazaron con una pistola", contó Rodrigo Benavides, vecino de la víctima.
Según los residentes esta es la primera vez que ocurre un asalto así de violento. "Eso es lo que llama la atención, que amenacen con un arma de fuego a una persona de la tercera edad. Acá viven muchos abuelitos y varios solos. Este barrio no era así antes, después de esto los vecinos se van a organizar", comentó Andrea Céspedes.
Benavides fue el primero en socorrer a Honorio, que ya estaba medio ido cuando llegó a verlo. Luego lo asistió una vecina que es técnico en enfermería y lo estabilizó ya que le vino un alza de presión.
Según contó Benavides los Carabineros llegaron una hora después de ocurrido el hecho. "Esos no son tiempos de reacción adecuados, por eso nosotros vamos a tomar medidas como vecinos. Queremos que ellos (los ladrones) sepan que esto no pasará inadvertido y que haremos algo para protegernos", aseguró.
El procedimiento policial fue realizado por carabineros de la Tenencia de O'Higgins quienes cuentan con los detalles de los instrumentos musicales que esperan poder recuperar.
Mientras, ayer familiares de la víctima se encontraban trabajando en arreglar la puerta, la que quedó toda rota.