Este hombre debe subir con las manos 100 peldaños para salir de su casa
Víctor Peralta padece una compleja enfermedad y no puede caminar, así que para entrar o salir a su casa debe recorrer gateando una extensa escalera con una pendiente muy inclinada. Busca con urgencia una nueva casa en otro lugar.
Matías Valenzuela - La Estrella de Valparaíso
Más de cien peldaños son los que tiene que subir a diario, y de ida y vuelta, Víctor Peralta. El hombre vive junto a su esposa Katherine Vidal de allegados en la casa de su suegra, ubicada en una quebrada del cerro San Roque. Para poder salir al sector donde pasa la locomoción colectiva, hay que subir una larga e irregular escalera hacia la calle, lo que es una verdadera odisea para Víctor considerando que no puede caminar.
Victor, de 29 años, padece mielomerinngocele, una compleja enfermedad que le fue diagnosticada desde su nacimiento y le impide mover las piernas, por lo cual debe moverse en una silla de ruedas. El hombre, oriundo de Viña del Mar, mantiene una relación amorosa con Katherine hace algunos años y se casaron hace dos. Viven juntos en San Roque hace 6 años. Se mudó con su suegra porque en su antiguo domicilio tenía incluso más problemas de accesibilidad. "Lo que pasa es que donde el vivía (Forestal) es la misma escala, pero con un camino muy largo para llegar a la orilla de la calle", indica Katherine.
LA SubIDA
Producto de sus capacidades diferentes, Víctor no puede trabajar y recibe una pensión de invalidez, pero aún así debe salir de su casa para realizar trámites y recibir tratamiento, así que está obligado a usar la escalera.
Cada vez que sale, se coloca otro pantalón, se pone un par de zapatillas en las manos y comienza su travesía gateando cuesta arriba con la ayuda de sus manos. Cuando llega arriba se cambia su pantalón lleno de polvo y toma locomoción. Para bajar es el mismo proceso, pero teniendo más cuidado de no caer por la pendiente. "Me voy gateando para arriba y tengo que cambiar el pantalón porque llega sucio o roto", dice Víctor y añade: "Me demoro como 30 minutos en poder subir hasta arriba, para abajo es lo mismo. Es agotador".
El matrimonio cuenta que cuando hay temperaturas altas (como ahora) es más complicado porque el concreto se calienta mucho y Víctor se quema. Más dramático es cuando hay lluvia. Víctor señala que cuando hay precipitaciones queda atrapado en su propia casa. "Ahí no puedo salir, con la lluvia no puedo salir porque está todo lleno de barro. Quedo aislado", indica Víctor y su esposa afirma: "Lo que hacemos cuando es muy urgente, le envolvemos las piernas con bolsas no más, para que no quede embarrado".
LA casa propia
En estos momentos, lo que más anhela el joven matrimonio es la opción de poder vivir en otra casa donde haya más facilidades de acceso para Víctor, ya que la situación se ha hecho insostenible pues, producto del tremendo esfuerzo físico de subir la escalera, sus hombros se están dañando.
Bastantes han sido los intentos de la pareja para encontrar un nuevo hogar, pero no han logrado un resultado satisfactorio. Katherine cuenta que han postulado ha varios subsidios sin tener éxito.
La porteña cuenta que luego intentaron postular a través de las Entidades de Gestión Inmobiliaria y Social (Egis) y les salió un subsidio, pero tuvo que rechazarlo porque se trataba de un proyecto inmobiliario que aún no se comenzaba a construir. "Tienen como para 10 años más y a mí eso no me sirve, así que renuncié", señala.
El matrimonio explica que los intentos por la casa propia no cesaron y siguieron insistiendo, esta vez a través del Serviu, y luego de varias conversaciones lograron conseguir una vivienda en el sector de Pacífico en Playa Ancha, pero decidieron no tomarlo porque, según dicen, ese sector es muy peligroso por la delincuencia y eso es un riesgo para Víctor, que generalmente se está moviendo solo por las calles. "No porque estemos apurados nos vamos a ir a un lugar más malo. Yo no me voy a arriesgar a dejarlo sólo allá", argumenta Katherine, con preocupación.
Por ahora no se ven opciones de otro lugar par Víctor, y deberá seguir luchando para poder entrar, o salir de su actual casa.