La picada de los chalecos de La Ligua de Michelle Bachelet
Valentina Castro es una trabajadora textil que tiene su taller en Valle Hermoso, hasta donde llegó la Presidenta para recibir un peculiar regalo: un poncho típico.
Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Quillota.
Llegar a Valle Hermoso es un desafío para los compradores compulsivos y amantes de los tejidos de la La Ligua. A medida que el sector Cuatro Esquinas se divisa a lo lejos, los talleres textiles se apoderan de cada cuadra. Allí, haciendo un breve desvío de la avenida principal, una continuadora de la tradición familiar, Valentina Castro , mantiene orgullosa su taller de casi treinta años de antigüedad.
No está a la vista de todos, de hecho, no es tan sencillo llegar, pero el enorme letrero rústico confeccionado con madera, da la bienvenida en diferentes idiomas: español, inglés e italiano.
No se trata de un mero capricho de su dueña, sino que "una forma de que todos se sientan como en casa acá", cuenta Valentina.
En medio del punto de venta de sus tejidos, esta liguana exhibe con orgullo uno de los máximos atractivos de su tienda, una viga que sostiene el lugar y que ha sido firmada por más de una veintena de personalidades, tanto del mundo artístico, deportivo, televisivo y político. Pero, entre tantas dedicatorias, hay una que resalta y que a cada persona que llega le muestra con orgullo: la escrita por la presidenta Michelle Bachelet el 2013.
En junio de ese año la liguana recibió a la mandataria en su hogar y , desde entonces, esta ferviente militante del Partido Comunista, no ha dejado pasar la oportunidad de saludar a la presidenta cada vez que viaja a La Ligua. El lunes de esta semana se inauguró el nuevo Cesfam de la ciudad y, claro, no podía estar ausente. Una piecera y un poncho se llevó de regreso a Santiago, Michelle Bachelet.
Poncho y piecera
"Cuando uno va a un lugar o recibe una visita no lo recibe con las manos vacías, eso me enseñaron a mí, es una cortesía", comenta cuando se le pregunta el por qué de sus regalos.
Desde el 2010 que cada cierto tiempo prepara algún regalo para la mandataria. Ya le había obsequiado un poncho de lana flamé, tres echarpes (entre ellos uno rojo de hilo de seda y otro de alpaca), un chaleco a crochet y una faja tricolor que asemajaba una banda presidencial, a lo que se sumó una piecera de lana de oveja y un poncho de hilo de seda color beige. Aunque, admirada por la belleza del trabajo de Valentina, la ministra de Salud también quiso un recuerdo suyo y se quedó con ésta última prenda. "Como ya le habían entregado a la presidenta un echarpe rojo, le hicimos llegar a la ministra el ponchito y se fue contenta también", comenta la mujer a propósito del regalo improvisado para Castillo.
Nueva visita
Si bien fueron breves los minutos que Valentina pudo compartir con la presidenta el pasado lunes, aprovechó al máximo cada instante, para tomarse fotografías y también invitar a la mandataria nuevamente a su casa, pero esta vez con su madre Ángela Jeria. Esta mujer -que es una ferviente admiradora de ella, ya que comparten el drama de haber sido perseguidas durante el gobierno de facto- cuenta que la presidenta quedó tan feliz con el regalo que seguramente muy pronto podría estar de vuelta. "Sí, me dijo que iba a volver y que va a venir con su mamá para que vea lo lindo que es acá, esta localidad de gente de esfuerzo y tradición por el tejido. Todavía no hay fecha, pero ya la estamos esperando con los brazos abiertos", finaliza esta orgullosa liguana.