Indignación por alevoso crimen de botillero en Playa Ancha
En frustrado asalto a su local en la Marina Mercante recibió fatal disparo en el tórax. Empleado sobrevivió y está grave. Investigación de la Brigada de Homicidios va bien encaminada, y se espera pronta identificación de los asesinos.
Fabián San Martín D. y Priscilla Barrera Ll.
Con velas blancas en el ingreso al local, comerciantes y residentes de la población Marina Mercante de Playa Ancha, expresaron ayer su dolor y rabia por el alevoso crimen de un querido botillero wanderino, baleado por desalmados en un frustrado asalto que dejó a otra persona herida grave.
Cerca de las 22.00 horas del lunes se desató la tragedia en la calle México. A la botillería "Manolito" entraron dos sujetos con sus rostros cubiertos con pasamontañas, los que amenazaron al propietario del negocio Manuel Antonio Álvarez Andaur, de 43 años, y al empleado Jesús Zamora, de 27 años, exigiendo la entrega de la recaudación del fin de semana. Los sujetos exhibieron un arma blanca, y el dueño y el empleado opusieron resistencia y se les fueron encima para tratar de reducirlos, reacción que motivó a uno de los atracadores a extraer un arma de fuego y disparar primero en contra de Manuel Alvarez, que recibió el tiro en el tórax derecho, sin salida de proyectil. Cayó sangrante detrás del mesón de la sala de ventas. El otro empleado fue tiroteado en la espalda, y quedó tendido a la entrada del establecimiento comercial. Sin conseguir el botín, los dos tipos subieron a lo que testigos describieron como un jeep Dahiatsu celeste, sin patente, y huyeron en dirección al cerro.
No pudo resistir
Familiares y vecinos salieron en ayuda de los lesionados. "Cuando llegué estaba tirado detrás del mesón. Trataron de reanimarlo, pero no pudo resistir. Estaba su mamá con él y lo vio morirse", recuerda emocionado el dueño de un bazar vecino, que reclamó tardanza en la llegada del auxilio médico. "Los equipos de emergencia demoraron como 20 minutos en llegar. Si hubieran llegado antes, quizás se pudo haber salvado", se quejó. La ambulancia llevó al sobreviente al Van Buren donde se recupera. (ver recuadro página3 )
Carabineros de la Primera Comisaría Sur llegó al lugar, al igual que la fiscal de turno, María Loretto Hermann, que dejó la investigación del caso en manos de la Brigada de Homicidios, que empadronó testigos y perició la escena en búsqueda de evidencias.
El jefe de la BH porteña, subprefecto José Araneda, destacó ayer que la investigación realizada en conjunto con peritos del Laboratorio de Criminalística, se encuentra bien encaminada. "Gracias al trabajo minucioso que se ha hecho por parte del equipo de manera conjunta con Lacrim, vamos en un buen pie investigativo por lo que estamos pronto a lograr la identificación de los autores de este crimen", precisó el jefe policial.
Añadió que de acuerdo al trabajo preliminar en el sitio del suceso, el robo que fue repelido por las víctimas no se habría concretado. Se trataría de dos varones adultos y están pendientes diligencias que los investigadores se encuentran realizando en terreno. Afirmó que al momento de producido el hecho existieron testigos del intento de robo, y hay antecedentes concretos para esclarecer el delito.
El jefe de la BH sostuvo que una de las tantas diligencias que se desarrollan para ubicar a los criminales, es la elaboración de retratos hablados. "Existen antecedentes de muy buena calidad que pudiesen arrojar resultados positivos en las próximas horas", puntualizó.
APARECIÓ VEHÍCULO
A las 09.30 horas de ayer Carabineros de la tenencia Cordillera divisó frente al N°221 de calle Palazuelos en cerro Toro, el vehículo usado en el crimen. Era un Dahiatsu Terios gris, sin placas patentes, pero con la matrícula FTGL-37 grabada en las ventanas. Al consultar sus datos se descubrió que estaba encargada por robo.
El pasado 12 de marzo el auto fue sustraído mediante un robo con intimidación a su dueño A.A. en la calle Carlos Lyon, jurisdicción de la Octava Comisaría Florida. El atraco fue cometido por tres sujetos a mano armada. Otro dato que surgió durante las pesquisas de ayer, es que el mismo vehículo robado fue usado por una banda delictual que la madrugada del pasado domingo intimidó y amarró a una familia en un asalto a una vivienda en la calle San Alfonso de cerro Cordillera. En el Dahiatsu se halló una tarjeta de cuenta Rut de una de las víctimas de ese delito.
En un rastreo por las inmediaciones, en un sitio eriazo al lado de un pasaje, la policía uniformada ubicó las llaves del jeep y ropas que serían de los criminales, presuntamente abandonadas en la huida. No se descarta que los asesinos hayan buscado refugio en alguna quebrada cercana a un sector denominado El Bote. Las pesquisas también se han focalizado en Porvenir Bajo y otras poblaciones de la parte alta de Playa Ancha.
PIDEN JUSTICIA
Residentes y comerciantes vecinos a la botillería "Manolito" -con unos 40 años en el barrio- ayer miraban incrédulos el local, como buscando una explicación a tanta violencia. "Otros locales de la zona se han visto afectados por delitos similares, y lo más probable es que se trate de los mismo individuos que están asolando el sector", afirmó Cristián Rubilar. "Manuel era un pan de Dios y el único vicio que tenía era el fútbol. Toda su familia es de Wanderers, al igual que todos aquí en la cuadra. Junto al empleado que resultó herido estaban en plan para bajar de peso. Fue algo terrible verlo tendido. Es primera vez que ocurre algo tan grave", relató el dueño de una panadería vecina al incidente, que además criticó la inseguridad del barrio. "El Plan Cuadrante no existe. Cuando hay un lanzazo llegan, pero patrullajes no hay. Dos semanas atrás trataron de asaltar otra botillería cercana. Nos sentimos alejados de la mano de Dios, aunque a veces las policías hacen bien el trabajo, pero los jueces dicen otra cosa", reflexionó.
Una visión más draconiana expresó el comerciante Mario Ríos. "Esto no tendrá solución mientras no se cambie la ley procesal penal, es indispensable que se instaure de nuevo la pena de muerte. Es la única manera de deshacerse de algunos delincuentes porque actúan sin miedo. Las leyes deben ser más duras con castigos ejemplares", dijo el vecino que describió al occiso como "un hombre inmensamente tranquilo, cordial y muy buen vecino".
La víctima fatal residía junto a su esposa e hija de unos 7 años, en un block de la calle Nicaragua, a metros de su trabajo. En el departamento declinaron referirse al suceso. Un vecino sí lo hizo. "Tengo entendido que era ingeniero eléctrico. Era buen muchacho y vecino, muy trabajador. Para mi que es gente (asesinos) de acá cerca, a mi unos años atrás quisieron hacerme un portonazo, pero no pudieron", declaró Iván Mena.
Respecto de las críticas por la inseguridad expresadas por locatarios y residentes, el jefe de la Primera Comisaría Sur de Playa Ancha, mayor Cristián Millar, señaló que la Marina Mercante está catalogado como un sector relativamente tranquilo. "Conforme a la modalidad del Plan Cuadrante focalizamos el delito, y nuestros patrullajes y rondas periódicas se direccionan en sectores con mayores indices delictuales. Hay algunos que se patrullan mucho y otros no tanto por esta situación. Por eso nos llama la atención este procedimiento tan violento", dijo el mayor, que también junto a sus subalternos coopera para ubicar a los criminales que siguen prófugos.