Erika Rojas Salazar
El sábado Wanderers alineó con un 90% de canteranos ante Colo Colo y los muchachos respondieron. Adrián Cuadra y el portero suplente, de ese día: David Pérez, son preseleccionados chilenos Sub-20, dupla a la que se suma el defensa Reinaldo Ahumada. A este grupo selecto de convocados, se agregó el viernes Gonzalo Basáez Flores, de 15 años, quien ayer se integró a las prácticas de la Rojta que dirige Hernán Caputto.
Ayer comenzaron los entrenamientos y Gonzalo estaba más que contento. Es que el viñamarino sufre de Mal de Crohn hace un año y medio, pero ningún dolor o crisis le ha impedido dedicarse a lo que más le apasiona.
"Yo estoy bien ahora, con medicación y mi principal objetivo es cumplir mi sueño. No quiero quedarme en el camino", afirma con personalidad el actual capitán de la Sub-16 caturra, quien admite que posee varios referentes futbolísticos.
"Admiro a David Pizarro, Marcelo Díaz, Pirlo", comenta el volante de contención, quien detalla que no ha podido hablar en extenso con Pizarro, pero si ha entrenado con el primer plantel y ha jugado con el Fantasista.
Gonzalo le baja el perfil a su enfermedad y también a su talento futbolístico. Es maduro para su edad y mucho tiene que ver su vivencia diaria y la humildad que ha adquirido con el ejemplo de su madre Fanny.
-¿Te han comentado que has llamado la atención dentro de los entrenamientos con el primer plantel?
-Eso no lo sé bien, pero yo hago lo que se hacer. Entreno el doble, callado y así se me han dado los frutos de hoy.
Enfermedad crónica
El Mal de Crohn es una afección que se presenta cuando el sistema inmunitario del propio cuerpo ataca por error y destruye el tejido corporal sano (trastorno autoinmunitario). La enfermedad ataca el sistema digestivo y partes de éste permanecen hinchadas o inflamadas.
La enfermedad de Crohn puede ocurrir a cualquier edad, pero se presenta más a menudo entre los 13 y los 35 años.
Fanny Flores es la mamá de Gonzalo y ha sido su pilar fundamental en poder sobrellevar esta enfermedad que les tocó vivir.
"Todo comenzó con varios días de indigestión y tras pasar por varios médicos, se le pidió una colondoscopía que arrojó que mi hijo padecía de esto. Él adelgazó mucho, no retenía nada en su estómago, pero ahora con medicamentos (3 pastillas en la mañana y 3 en la tarde), además de alimentación sana,hemos podido salir adelante", confiesa la madre del seleccionado, quien califica a la enfermedad como silenciosa y agrega que "yo trato de que no se estrese en su diario vivir y no se guarde sus cosas", y agradeció la ayuda prestada por Moisés Villarroel (fue su técnico la temporada pasada), en conseguir un sicólogo para ayudarlo en la aceptación de su enfermedad.
Quizás los mayores problemas los ha tenido fuera de la cancha. Su medicamento no siempre está disponible en el hospital y comprarlo de manera particular supera el presupuesto familiar. Una dosis para media semana asciende a los 40 mil pesos y esa es la peor parte de la enfermedad.
"Él es un niño demasiado maduro para su edad, desde hace muchos años que sabe que lo suyo es la pelota, y me dice que todo se va dando de a poco. Por eso con esta convocatoria estamos felices", expresó su esforzada madre, quien le prepara papillas especiales para evitarle crisis que le causen hemorragias y malestares a su hijo mayor.