Claudia Carvajal R.
Esta es una historia dura, de esas increíbles, pero que afortunadamente empezó a mejorar. Su protagonista es una porteña de mediana edad, quien por años debió soportar violencia intrafamiliar, además de la grave enfermedad de uno de sus cuatro hijos. Incluso la violación de uno de ellos. Todo en un corto lapso de tiempo.
"Yo estoy divorciada ahora, pero lo pasé muy mal. Una vez mi ex me echó de la casa a las siete de la mañana porque no quise tener relaciones sexuales con él. Estuve deambulando por la calle", cuenta hoy esta mujer que se emociona al contar su historia. Pero relata su drama a modo de ejemplo, para que otras no pasen por lo mismo.
En un momento María (nombre de fantasía, ella prefirió resguardar su identidad por temor a represalias de su ex marido) estaba tan mal que intentó suicidarse. Por eso pasó largo tiempo internada en el Hospital El Salvador de El Puerto.
"Yo viví en casas de acogida del Sernam, pero también tuve que dormir en un banco de la plaza", rememora. Su caso llegó hasta la Gobernación provincial y de ahí al Serviu, donde se realizaron las gestiones para que recibiera las llaves de una vivienda por parte de Serviu, en calidad de comodato.
Actualmente María trabaja como mucama en un hotel, pero de su sueldo se queda con apenas $100.000. "Por la enfermedad de mi hijo me tuve que endeudar, entonces ahora me descuentan mucho".
Con esperanza
A pesar de todo lo vivido esta mujer ve con esperanza el futuro. "Ahora estoy haciendo todo lo posible por traer a vivir conmigo al menor de mis hijos. Él está con el papá y lo veo cuando puedo. Al salir de mi trabajo voy, pero estoy poco rato, porque no quiero encontrarme con mi ex, me pongo muy nerviosa...todavía hay maltrato sicológico".
De a poco está equipando su casa y lo que más quiere es armar el dormitorio de su retoño con adornos de los "Minions" como él le pidió. "Ahora tengo todo en el suelo, me faltan muchas cosas, pero yo sé que de a poco lo voy a a lograr".
"Estoy muy emocionada, no tengo palabras para expresar esto. Agradecida porque voy a poder tener un techo donde vivir. Tuve mucho tiempo de maltrato familiar, de dormir en una casa de acogida, de tratamiento siquiátrico, vivir en la calle, estar de allegada, que te echaran, con un hijo de por medio enfermo, años de eso. Ahora voy a tener mi casa".