El tesoro humano detrás del oficio de suplementero
Conocimos a Pedro Álvarez, suplementero porteño desde los 11 años. Y además, gran conocedor de la historia de uno de los gremios más antiguos de Valparaíso.
Pedro Álvarez (62) tenía 11 años cuando comenzó a trabajar junto a su padre suplementero, quien heredó el kiosco de una prima ubicado en la esquina de calle Blanco y Urriola, de la ciudad Puerto. Y que hoy permanece exactamente en el mismo lugar.
Mientras el padre atendía a la clientela, el pequeño Pedro Álvarez era un canillita. Así como tantos niños porteños que corrían de un lado a otro descalzos, para vender todos sus diarios y aportar algo de dinero para la casa.
"En ese tiempo vendíamos poquitos diarios porque antiguamente ésta calle (Blanco) no era muy transitada. Eso cambió cuando mi mamá vino a trabajar conmigo. Ella empezó a entrar a todas las oficinas a vender. Además como buena mujer, ella fue más emprendedora y nos empezó a ir súper bien", recuerda Álvarez, mientras su mirada se ilumina cuando habla de sus padres Pedro y Raquel, ambos ya fallecidos.
Así comienza la historia uno de los suplementeros que siguen resistiendo al paso del tiempo en Valparaíso. Que por lo demás, ejercen uno de los oficios más antiguos, y que los 25 de mayo celebran su día nacional.
Tesoro humano vivo
El oficio de suplementero tiene 137 años de historia, y da trabajo a más de 6 mil familias a lo largo de todo Chile. Pero lamentablemente, y como ellos mismos lo señalan, hoy se encuentran seriamente amenazados producto de las nuevas tecnologías, el comercio ilegal, entre otras cosas.
Actualmente se encuentran realizando una campaña a nivel nacional. a través de las redes sociales, cuya emblema es "Salvemos el kiosco", donde las personas pueden acceder al sitio web: www.suplementerosdechile.cl, y firmar la petición para que sean declarados Tesoro Humano Vivo.
El origen en los diarios
Según el suplementero, que además es dirigente del Consejo Regional y del Sindicato de Suplementeros más antiguo de la Región de Valparaíso, el origen del oficio está justamente aquí, en la ciudad Puerto.
"En Valparaíso están los inicios de la venta de diarios, de los canillitas, y suplementeros. De hecho, nosotros ya tenemos personas que son patrimonios vivos. Hay una señora que se llama Gladys Muñoz, y ella fue nombrada patrimonio vivo por la municipalidad porque es una persona que lleva más de 65 años como suplementera. Entonces, tenemos una historia importante en todo lo que es venta de diarios. Aquí también surgió el primer diario, El Mercurio de Valparaíso, y después un montón de diarios y revistas que ya no existen", manifestó Álvarez.
Los canillitas
Los canillitas surgen por la necesidad y la pobreza que en esos años existía, ya que la vida era muy distinta a como es ahora.
"Ahora ya no se ve eso acá. Los niños no pueden trabajar, porque es algo ilegal y ellos tienen que estudiar y jugar. Pero antes era muy común y éramos muchos niños los que trabajábamos para ayudar a nuestros padres. Y bueno, el diario se vendía mucho, sobretodo La Estrella, entonces a todos nos iba bien. En ese tiempo el diario costaba 20 pesos. ¡Y mientras más corría, más diarios vendía!", asegura el suplementero y ex canillita porteño.
ORGULLO SUPLEMENTERO
Pedro está orgulloso del oficio que ha realizado toda la vida, y heredó de sus padres. Y con el que después logró formar su familia y educar a sus hijos. Por eso, hace énfasis en que los suplementeros prefieren ser reconocidos como tal, no como kiosqueros, ya que no en todos los kioscos se venden diarios y revistas.
Así, tras una grata conversación que nos permitió viajar al pasado y conocer este noble y antiguo oficio de los suplementeros, Pedro Álvarez pide que se les reconozca por gran aporte. "Tengo fe que el oficio nunca va a terminar", afirma.