Cinthia Matus O.
El sábado por la tarde, la señora Miriam Oliveros fijó su vista en un dron que andaba dando vueltas por la población Patricio Lynch de Quilpué. Preocupada, le comentó a su marido que presentía algo extraño, pero no la tomó en cuenta. "Le dije que los ladrones andaban mirando las casas y los autos para robar, pero no me pescó. Me dijo que estaba exagerando, pero yo sigo creyendo que así fue", afirma desde la calle Bello Horizonte, en El Belloto.
Luego, el jueves por la mañana, la vecina se percató de que en el patio de su domicilio había un alambre de dudosa procedencia. "Mi marido es electricista y por eso conozco los alambres. Éste era raro porque era firme, de color blanco y en una parte tenía bien soldada la letra C. Yo lo quise doblar para botarlo, pero me costó y luego me deshice de él", recuerda con inquietud.
Ese mismo día en la tarde, a eso de las 20.00 horas, su vecino de la casa de al lado, Adrián Salgado (65), llegó como de costumbre desde su trabajo en la empresa RPC. Sin embargo, de acuerdo al relato de testigos, no alcanzó a ingresar a la vivienda porque dos individuos a rostro descubierto saltaron desde el muro de la señora Miriam para robarle especies. "Yo estaba dentro de mi casa cuando escuché disparos y salí a mirar. Ahí vi que estaban golpeando al vecino y que le habían disparado en una pierna. Estábamos todos histéricos porque no sabíamos qué hacer", declara la vecina Adelina Aguilera.
Robo frustrado
Katty, la joven que vive al frente de don Adrián, dice que no vio todo desde el principio pero que apenas escuchó los gritos de ayuda, llamó a Carabineros y a una ambulancia. "Le dieron un disparo a quemarropa en su pierna. El vecino había intentado forcejear con estos dos tipos que no deben haber tenido más de 20 ó 21 años y luego lo golpearon. Antes de eso, mi hijo menor los había visto desde el segundo piso dando vueltas en un auto gris nuevo, sin patente", señala.
El hombre gritaba desesperado, hasta que los delincuentes lo soltaron y huyeron con las manos vacías. Eso sí, a ritmo calmado, porque nadie se animó a encararlos. "Aquí vivimos casi puras mujeres solas y personas de la tercera edad. Nadie se atrevió a hacer algo porque andaban con un arma de fuego y quizás porque era nueva la estaban probando con los perros. Después se fueron como 'Pedro por su casa' y se subieron al auto. De ahí mi hermano saltó el muro (de la señora Miriam) para buscar las llaves del vecino y ayudarlo", indicó Katty.
Un matrimonio que vive en la misma cuadra le practicó los primeros auxilios, hasta que la víctima empezó a perder la conciencia. "Lo último que dijo fue: 'Por favor, debajo del sillón hay una libreta con los números de mis familiares' y se durmió. Al rato vino la ambulancia y Carabineros", declaró Miriam Oliveros.
Don Adrián fue trasladado de urgencia hasta el hospital de Quilpué en donde el médico de turno le diagnosticó una "herida de proyectil en su pierna derecha, con salida, de carácter grave sin riesgo vital". Luego fue derivado al hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, en donde permanece internado.