Odisea vive familia de víctima de Las Palmas
Por error de hospital lo velaron 24 horas hasta que SML retiró cuerpo de la iglesia. Recién hoy parientes de Juan Ortega lo podrían cremar en Santiago.
Al dolor de perder al patriarca de la familia, los parientes de una de las víctimas del mega accidente de Las Palmas, suman ahora una serie de errores y otros inconvenientes que no le han permitido darle una cristiana sepultura.
Hace más de 30 años que Rodrigo Ortega reside en Sidney, Australia, junto a dos de sus hermanos. Hasta hace un tiempo los acompañaban sus padres, Juan Ortega y Blanca Silva, ambos de 87 años. El suboficial mayor retirado de la Armada, decidió hace unos meses radicarse en forma definitiva en su casa de Villa Alemana.
El pasado 10 de mayo el anciano matrimonio viajaba en uno de los vehículos accidentados al ingreso del túnel Los Gemelos, donde perdieron la vida 6 personas. Si bien afortunadamente las llamas no envolvieron el móvil, en el caso de Juan Ortega resultó con un trauma abdominal grave, por lo que fue operado en dos ocasiones en el hospital Gustavo Fricke donde se mantuvo en coma unas semanas.
Una vez estabilizado fue derivado al hospital Naval, donde con el paso de las horas su condición se agravó y el pasado fin de semana falleció por una falla orgánica multisistémica. Una vez que el anciano perece, su hijo cuenta que en el hospital a las pocas horas le dan una certificado de defunción y se lo entregan para las exequias. Lo trasladaron hasta una iglesia en Peñablanca, donde lo alcanzaron a velar 24 horas. Cerca de las 13.00 horas del domingo tras la misa y cuando se disponian a sacarlo, llegó a la parroquia personal del Servicio Médico Legal acompañado de la fuerza pública. "Hubo un gran error del hospital Naval de saltarse el protocolo como es la medicina legal y la Fiscalía, ya que mi padre murió a consecuencia del accidente. En el sector del velatorio tuvieron que abrir el ataúd, lo colocaron en una bolsa y se lo llevaron para la autopsia", dice Rodrigo, que junto a su familia no se opusieron al procedimiento.
Pero la autopsia no fue realizada el lunes por la ausencia de un especialista, y el procedimiento recién se pudo concretar ayer en la tarde. De forma paralela, Rodrigo tuvo problemas en el retiro de documentación desde el hospital Naval y la Fiscalía de Viña del Mar, para los trámites de entrega del cadáver.
Entregan cuerpo
Recién hoy la familia del anciano tendría a disposición el cuerpo para llevarlo hasta un crematorio en Maipú, y así cumplir el deseo en vida del ex marino, que anhelaba sus cenizas fueran esparcidas en distintos lugares, entre ellas el mar. Lo apremiante del caso es que Rodrigo tiene que viajar sí o sí mañana de regreso a Australia, porque ya no puede seguir aplazando el retorno. "Hay rabia e impotencia en la familia por la falta de ética profesional en el hospital, que no cumplieron los protocolos. Esta situación la hago pública para que no ocurra nuevamente. Estoy desilusionado del sistema y ahora lo único que quiero es que mi padre descanse en paz y mi madre se recupere", finalizó.