Nicole Valverde S.
Con estos fríos que nos azotan en la ciudad Puerto, parece que es mejor calentarse desde adentro, dicen por ahí. Y qué mejor forma de hacerlo que tomando un delicioso café o un rico té.
Y es que aquí en Valparaíso la cultura del café ha tenido un gran impulso desde hace un buen tiempo. Por eso son varias las alternativas que hay para tomarse un tiempo, sentarse, y disfrutar de una bebida cálida y confortable.
Con malicia
Fue así que llegamos hasta el Café del Poeta, ubicado en el corazón de la Plaza Aníbal Pinto. Donde una postal cotidiana del lugar es ver a sus comensales bien cómodos -tanto en la terraza como dentro del local- degustando una de las diversas preparaciones que tiene su carta. Y cuyos precios rondan entre los 2 mil y los 4 mil pesos.
Según Mario Cáceres, dueño del local, en la temporada de invierno la venta de café aumenta un 30% aproximadamente.
"Nosotros trabajamos con café Segafredo, una marca reconocida mundialmente por su alta calidad. Esa es la base, de ahí las preparaciones varían dependiendo del gusto de los clientes. Y si bien los caballitos de guerra siguen siendo el cortado y el expreso, en ésta época de frío también se consume harto el café Irlandés cuya preparación viene con malicia en toques de whisky", aseguró Cáceres.
Lo mismo ocurre en el Café Paseo, donde la garzona Hilda Olivares, cuenta que los cafés más vendidos en la temporada son el cortado simple y el doble. A los que les siguen los cafés con licor. Pero a la vez, lo que también se consume bastante son los tés orgánicos y con sabores.
"La gente prefiere el té de frutos del bosque y el de caramelo. Y las mujeres siempre piden distintos sabores. Y si bien con el frío aumenta la venta de té y café, el consumo es parejo durante todo el año".
Y si después leer ésta nota le dan gana de probar el café Irlandés, no se asuste, porque la preparación sólo incluye un toque de whisky. Tampoco es para curarse la cosa.
Por eso le contamos que éste café se creó en la década de los cuarenta. Durante un duro invierno en el aeropuerto de Shannon, Irlanda. Donde por el retraso en un vuelo, el chef Joe Sheridan tuvo la idea de añadir whisky al café para contrarrestar el frío de los pasajeros.