Hasta la carne de jaiba se roban de los restoranes del Cardonal
Comerciantes han tenido que vaciar sus locales para no sufrir con la ola de robos.
Miguel Yáñez H. - La Estrella de Valparaíso
Los locatarios del Mercado El Cardonal de Valparaíso poseen una fuente de trabajo en constante amenaza, pero se les acabó la paciencia. Manuel Campos, quien vende tejidos en los pasillos del segundo piso de dicho recinto, denunció que en esta última semana se han perpetrado dos robos.
Un antecedente que no es único, siendo los restaurantes allí instalados los más afectados. "De acuerdo al perímetro, debiesen haber doce guardias en el terreno, pero sólo hay uno de turno", señaló el comerciante.
Este análisis es confirmado de forma unánime por los locatarios. De hecho, cuando fuimos a recoger sus testimonios, sólo había un personal de seguridad dando vueltas entre los dos pisos que componen el histórico edificio.
Muchos se han acercado a la dirección para exigir soluciones; sin embargo, no han encontrado una reacción satisfactoria.
Esfuerzo al suelo
El viernes 15 de julio, a eso de las 23.25 horas, el restaurant El Rincón de Pancho, especializado en la preparación de pescados, mariscos y comida costera en general y con 18 años de trayectoria, sufrió pérdidas a causa de la delincuencia.
Su dueño, Luis Francisco Reyes, asegura que la denuncia ya ingresó a la Policía de Investigaciones (PDI), y que incluso recibió la visita de un efectivo que le comentó: "¿Otra vez usted?.
Juntos revisaron las cámaras de seguridad para esclarecer los hechos, encontrándose con la sorpresa de que la cámara situada en el sector de calle Yungay no se encontraba en buenas condiciones.
Pero esa no fue la única novedad, ya que en una de las imágenes se advirtió que "el guardia de turno incluso le dio la mano al delincuente para despedirse, quien hasta se devolvió para ir en busca de algo que se le olvidó", mencionó el propietario.
El antisocial sustrajo aquel día una indeterminada cantidad de vajillas y servicios de repostería exclusiva, además de un juego de copas de cristal que sólo un prestigioso hotel capitalino las posee dentro de sus estanterías.
Pero sin dudas lo que más lamenta es el hurto de un completo software culinario que apoya en el sistema de control del local. "Lo echo de menos porque me lo gané con mucho esfuerzo en la Unión Europea. No lo regalan, es fruto de haber participado en todas las clases (...) ¿Gastar 300.000 pesos para que un criminal lo venda después en menos de 10 mil?", recordó.
Ni el sensor de movimiento que adquirió hace algún tiempo se salvó: Apareció en otro lugar, como si fuese mouse inalámbrico. "Esto es una demostración de que la delincuencia todo lo puede (...) Día a día estamos a la diestra y a siniestra, sin medidas correctivas", agregó.
Se puede evitar
Manuel Ibáñez Ovando, dueño de la cocinería El Rey, también sucumbió ante los crueles embates del delito. Fue sólo unos días antes, el martes 12 entre las 21.30 y 22.00 horas. El botín fue de $120.000 en efectivo.
"Es algo inexplicable, botaron una ventana y nadie escuchó nada. Pagamos gastos comunes y por seguridad, y no hay soluciones. La administración sólo me reparó el vidrio, mientras que la PDI vino sólo a tomar datos", lamentó Ibáñez.
Luego del infortunio fue a exigir explicaciones personalmente al administrador, quien le habríarespondido que sólo hay un guardia para "marcar presencia" y no necesariamente por un tema de coordinación. "Hay muchos gastos marcados como 'otros' en el formulario que nos llega mensualmente por parte de la directiva. No sabemos a dónde va esa plata", planteó.
Todo para la casa
Miguel Alderete es administrador del restaurant Donde Tatito y admite que le han entrado a robar unas seis o siete veces. "Producto de eso, tengo que sacar y guardar en otro lado las cosas. No puedo dejar los platos y la mercadería acá, porque no hay suficiente seguridad y son varios los locales que han sido afectado", contó.
Entre los objetos desvalijados menciona libros, bebidas, piezas de quesos, carne de jaiba, platos, entre otros tantos más. El local luce mallas rotas en sus interiores como prueba de todo el daño que ha recibido. La última vez fue hace aproximadamente quince días.
Los guardias
Tal como se mencionó anteriormente, el punto de inflexión es la escasa cantidad de guardias, a lo que se suma el escaso tiempo de reacción del personal, el equipamiento poco apropiado que poseen y la remuneración que reciben cada 30 días.
"Les ofrecen $270.000, es como decirles 'mejor no trabajen'", señalan desde "El Rincón de Pancho", considerando que el trabajo incluye vigilancias de noche, poner en riesgo la vida y sólo logra superar en algunos pesos el sueldo mínimo establecido por el Gobierno.
Los tres locatarios antes citados, además, convienen en que últimamente los empleados contratados en este ítem superan la edad apta para jubilar, lo que disminuye los reflejos cuando de actuar se trata. También admiten que no imponen presencia y que sólo "los protege" una estructura de cartón en el pecho, algo que evidentemente no los deja inmune ante cualquier puñalada, disparo o golpe repentino. Tampoco manejan armas.
Asimismo, la forma en que cumplen con sus labores genera serios cuestionamiento. "El nivel deja bastante que desear. Algunos revisan las cámaras sólo al día siguiente de ocurrido un robo", acotan desde los especialista en comida casera "El Rey".
"No hay solución" es la frase que más se repite al consultarles a los locatarios sobre la opinión de la directiva que controla El Cardonal respecto a estos indeseables acontecimientos. En el papel, ellos son los responsables de la seguridad y son quienes contratan al equipo que debiese velar por este derecho.
Los gastos comunes se calculan proporcionalmente por la cantidad de metros cuadrados y por el nivel de accesibilidad de público que cada centro comercial cuenta. "Los que estamos en el segundo piso tenemos desventaja. No somos medidos de igual forma", acusó Pancho.
No fue posible contactarse con la controladora del lugar, pero según cuentan los afectados no han sido tomados en cuenta con sus denuncias y no se ha generado la posibilidad de agendar una asamblea para exponer estos problemas. Los afectados afirmanque la delincuencia está a la orden del día en el sector.
El Mercado El Cardonal, ubicado en el sector El Almendral se fundó 1912 y ha sido fuente de sustento para cientos de porteños que cada día se esfuerzan por surgir y llevar el alimento honradamente a su hogar.