Cinthia Matus O.
"No sé si fue el Chupacabras, alguna secta satánica o un animal salvaje... Sólo sé que a las 70 gallinas les chuparon la sangre y que no hicieron ningún ruido para matarlas", dice Juan Carlos Hernández, trabajador de Los Perales, en Quilpué. Según explica, todo ocurrió en horas de la tarde, mientras se encontraba realizando sus labores en la parcela que queda ubicada en el sector de Los Colihues.
"Mi rutina de todos los días era venir a las 10.00 de la mañana para darle comida a las gallinas. Ahí estaban bien, tranquilitas, todo normal. Después seguí trabajando al frente y no las vi hasta como las cuatro de la tarde, cuando volví a darles comida", relata.
Entonces se encontró con una macabra escena. "Primero divisé al gallo muerto y cuando me fui acercando al gallinero, vi que todas estaban muertas. En el 2010 ya había pasado algo así, pero esto es muy raro, no sé qué pasó", comenta todavía sorprendido.
PDI investiga
Hernández no podía creer lo que estaba viendo y decidió, con la poca señal telefónica que tenía, comunicarse con la Policía de Investigaciones (PDI). De esa manera, un equipo llegó a realizar las respectivas diligencias, pero hasta el momento no hay certeza de lo que ocurrió.
"Ellos vinieron ya en la tarde noche y justo se asomó un zorro. Con el comisario lo fuimos a ver y se había metido al corral a arrastrar una gallina, pero no le hizo nada. No creo que haya sido él porque los animales de ese tipo destrozan los cuerpos y las gallinas sólo tienen agujeritos de donde le chuparon la sangre", detalla. "Además, ni se sintió cuando las atacaron, porque no hicieron ningún ruido, nadie las escuchó", agrega.
A la mañana siguiente, Juan Carlos Hernández volvió a visitar el gallinero para ver si encontraba alguna pista del autor de la matanza. "Las junté todas, coloqué una tarima y me di cuenta de que sólo una estaba comida, pero es de las mismas muertas que atacaron. Yo encuentro raro todo porque incluso había una adentro que estaba intacta, sólo chupada de sangre", indica en tanto las observa.
Para el trabajador y su jefe, esto significa una gran pérdida. "Él (su patrón) cree que pudieron haber sido los perros, pero los perros no atacan así. Ha sido una pérdida muy grande porque las gallinas estaban poniendo huevos, eran jovencitas", admite.
La PDI continúa trabajando en el caso. "No sé si existe el Chupacabras, pero la matanza fue cruel y extraña. Ahora las voy a sepultar, pobres gallinitas", lamentó Juan Carlos.