Hermana de uno de los sicópatas de Viña: "Jorge era inocente"
A 30 años de la ejecución de los ex carabineros Jorge Sagredo y Carlos Topp Collins, Nora Sagredo cuestiona la verdad judicial e incluso plantea dudas sobre la muerte de su familiar frente al pelotón de fusilamiento...
Miguel Yáñez Hernández - La Estrella de Valparaíso
Nora Sagredo Jones, 65 años, administra desde hace ocho un local en Persa Estación de Santiago. Allí vende distintos tipos de comida casera y rápida, además de bebestibles. En una de las mesas disponibles para la atención del público, justo al lado de la caja, Nora nos atiende para hablar sobre su hermano: Jorge Sagredo Pizarro, uno de los dos "sicópatas de Viña del Mar" -junto a Carlos Alberto Topp Collins-, fusilados hace más de tres décadas en la cárcel de Quillota, acusados de una serie de homicidios y violaciones cometidos a comienzos de los '80 en la V Región.
En la conversación, quedan en evidencia los años que Nora Sagredo vivió al otro lado de la cordillera, por el marcado acento porteño (bonaerense) con que la mujer entrega su testimonio. A ratos se interrumpe para atender a los clientes. Es hora de almuerzo y su local está lleno.
A diferencia de su hermana Nancy, quien fue la familiar que acompañó a Sagredo durante su encarcelamiento y ejecución, a Nora le tocó vivir el proceso con algo más de distancia, pues debió viajar desde Argentina para visitar a su hermano en la cárcel. Pese a ello, Nora enarbola hoy una hipótesis en la que no pocos chilenos creen: afirma que su hermano es inocente y hasta sospecha que no fuese él quien estuvo frente al pelotón de fusilamiento...
El 29 de enero de 1985, Jorge Sagredo Pizarro y Carlos Topp Collins debieron cumplir con la sentencia dictada luego de ser acusados como responsables de diez asesinatos y cuatro violaciones perpetradas en la Ciudad Jardín y sus alrededores.
La fría madrugada de ese día, ambos reos fueron fusilados en el antiguo penal de Quillota. Fue la última aplicación de la pena de muerte en nuestro país, abolida luego en 2001.
Si bien para esa fecha Nora Sagredo se encontraba en Argentina, en las visitas previas al recinto penal de Valparaíso, afirma haber sostenido conversaciones con su hermano que la condujeron a otra verdad respecto del caso, una teoría que se aleja de la verdad judicial y que, luego de tres décadas, revela a La Estrella.
-Descríbame a Jorge Sagredo. Algunos peritajes sicológicos realizados durante la investigación del caso lo consideraban como un hombre impulsivo y con rasgos sicopáticos, lo que no lo excluía de responsabilidad penal...
-Jorge no era agresivo, era un tipo regalón de la familia, porque era el único varón, era consentido... No era impulsivo, ni le gustaba pelear. Mi familia se formó de una manera en que todo se solucionaba hablando. Mi hermana Nancy compartió más con él, no era de muchas amistades.
-Entonces, ¿qué lo motivó a cometer los crímenes por los cuales fue sentenciado?
-¿Le digo la verdad? De todo corazón, digo que mi hermano era inocente.
-Pero si durante el proceso él se declaró culpable de todos los hechos, junto a Topp Collins...
-Lo que pasa es que todo eso fue una cadena política en la que estaban metidos... (Nora menciona a Luis Gubler, quien inicialmente fuera sindicado como culpable, pero cinco días después salió en libertad, y a otros empresarios y personeros vinculados con políticos de la época, que nunca fueron vinculados oficialmente al caso), grandes tipos capitalistas. Quizás Jorge -lo que creo que fue un error- recibió dinero para que se prestara para esto. Incluso parece que la abogada los engañó para que se culparan de todo: ellos quedaron muertos en vida (...) Hay muchas cosas que están escondidas.
Pena de muerte
-Cuando vino a visitarlo, ¿qué le dijo Jorge sobre su culpabilidad?
-Me preocupé cuando venía desde Buenos Aires, pero cuando vine a hablar con él quedé más tranquila. Él me dijo que era inocente y que hacía todo esto para no involucrar a la familia, que él no era capaz de matar. Yo lloraba, porque se hablaba de una pena de muerte, y porque era mi hermano... pero él me decía que me relajara, que no iba a pasar nada, que todo era un show. Cuando mataron a una pareja, que eran dirigentes políticos, los crímenes se realizaron en lugares distintos, después los juntaron para que pareciera que Jorge lo había hecho... Esa es una de las cosas que me contó.
Cuando se le pregunta a Nora Sagredo quién, en su opinión, fue responsable de los crímenes, vuelve a mencionar al empresario Gubler, al hijo de un político viñamarino -que no fue inculpado pero sí llegó a ser entrevistado por la prensa de la época sobre el caso- y a un empresario de Viña y familiar de una magistrado, cuyo nombre circulaba en comentarios de pasillo, pero nunca figuró oficialmente.
-¿Y Jorge le contó que hacía en sus juntas con Topp Collins?
-Hay un misterio allí, que ellos se guardaron. Yo pienso que Jorge está vivo. Lo presiento.
Nora Sagredo menciona otra teoría que circula periódicamente desde la época: que los fusilados no habría sido Sagredo y Topp Collins, sino dos "palos blancos".
-¿Y dónde se supone que estaría él ahora?
-La policía de Estados Unidos lo vio; un matrimonio chileno que vivía en Argentina, también me contó que lo vieron. Incluso, un cliente del banco (donde trabajaba el padre de ambos), que viajaba a Norteamérica, afirmó haber ido sentado en el avión al lado de Jorge Sagredo. Estaba físicamente igual (con su característico bigote).
-¿Y entonces qué ocurrió en el fusilamiento?
-No se sabe nada. Nos entregaron un cajón totalmente cerrado. Además, en el fusilamiento no se sabía ni siquiera si era Jorge, porque estaban encapuchados.
En este punto, cabe precisar que Sagredo y Topp Collins no se salieron encapuchados a ubicarse frente al pelotón de fusilamiento. Únicamente llevaban los ojos vendados.
Nora Sagredo asume que la noche previa a la ejecución, no pudo dormir en Argentina. Si bien había recibido las palabras tranquilizadoras de su hermano, pensaba que cualquier cosa podía suceder. Para la fecha, Jorge Sagredo tenía 27 años, era soltero y tenía una pequeña hija de aproximadamente ocho años. Esta última no tenía mucha noción de lo que ocurrió a mediados de los '80, según cuenta su tía, y fue derivada a tratamiento sicológico para enfrentar esta ausencia. "Es una niña tierna, amorosa y dedicada a su profesión y trabajo", menciona.
El caso de los sicópatas le significó a su familia enfrentar discriminaciones, insultos y cuestionamientos por parte de la sociedad, además de una crisis interna. Nora se ve convencida de todo lo que menciona a La Estrella de Valparaíso, aunque nada de esto fue jurídicamente comprobado.