El diario martirio de depender de la "escalera de la muerte"
Más de trescientos escalones componen la empinada y desgastada escalera del pasaje Luis Cousiño del cerro Las Cañas. Sepa por qué es el terror de los borrachitos.
Valparaíso, ciudad de cerros y quebradas, se ha caracterizado desde siempre por sus elevadas pendientes y extensas escaleras, de modo que sus residentes se han acostumbrado a una vida "cuesta arriba", pero a veces, subir estas escaleras puede ser una verdadera odisea, como es el caso de un grupo de vecinos del cerro Las Cañas.
En las cercanías del pasaje Luis Cousiño, se extiende una prolongada escalera del mismo nombre, que ha sido bautizada por los vecinos como "la escalera de la muerte", debido a lo difícil que es subir o bajarla, de hecho se puede encontrar en Facebook bajo ese mismo nombre. En una oportunidad, Todd Temkin, poeta norteamericano y presidente de la Fundación Valparaíso, hizo una encuesta a través de Twitter para escoger la escalera más larga y difícil de la ciudad puerto, y por amplia mayoría fue escogida la escalera Luis Cousiño.
Tiene 318 peldaños, el primero está en la calle Pocuro, y el último conecta con la avenida Alemania. Además de ser muy extensa, se caracteriza por ser bastante empinada, los primeros 50 escalones doblan en un ángulo muy cerrado para dar una vuelta, y luego comienza a surcar una pendiente muy inclinada, haciendo que subirla de principio a fin sea una tarea titánica, pues no se encuentra en un muy buen estado, la baranda lateral que tiene al lado derecho está suelta en algunos tramos, y hay varios peldaños con desniveles y desgaste de material.
Drama de los vecinos
Sin lugar a dudas, son los vecinos los que más sufren ante la tarea diaria de atravesar la escalera para realizar sus actividades diarias. Por el costado izquierdo de la escalera, hay varias casas apiladas hacia arriba, mientras que al otro lado hay una prominente quebrada.
Luis Cautivo, vive casi en la mitad de la escalera, por lo que está obligado a subir una buena parte de los 318 peldaños. El porteño cuenta que es un gran esfuerzo para él subir la escalera, así que prefiere bajarla y cuando tiene que volver toma locomoción que lo acerque. "Sí, es bien difícil la escalera, se complica un poco tener que caminarla todos los días", menciona Luis, pero advierte que él no tiene tantos problemas como algunos de los vecinos, ya que en el sector vive mucha gente de la tercera edad. "Uno ya está acostumbrado a esto, pero hay personas que tienen más problemas, los abuelitos por ejemplo, imagínate alguien con problemas en las piernas", dice el hombre de 47 años, y añade que para recibir visitas o subir electrodomésticos, es complicado.
Otro caso especial es el de Eduardo Ortiz, que vive en el sector hace seis años, y dice que es todo un tema en el barrio, de hecho hay varios "curaditos", que no han sabido sortear los esquivos peldaños y han caído varios metros abajo.
Él debe movilizarse con un bastón producto de sus problemas de salud, aunque afortunadamente su vivienda está en la parte alta de la escalera, así que no tiene que subir tantos escalones, pero si quisiera bajar hasta el final, no podría. "Yo antiguamente podía bajarla sin problemas porque yo vivía allá arriba, pero ahora ya no porque con el bastón se me complica porque es muy larga, aparte que está súper parada", advierte don Eduardo, pero agrega que él tiene la suerte de vivir a unos cuantos peldaños de la avenida Alemania, donde tiene buena locomoción para poder hacer trámites en el plan. "Hay harta micro y colectivo, para mi es bueno porque yo vivo más cerca, pero los que están más abajo les cuesta más", comenta el porteño de 65 años, mientras descansa al lado del escalón número 318.