"Queremos un equipo ofensivo"
Conocido por apostar al sistema 4-3-3, el nuevo DT de Everton, Pablo Sánchez, llega a Viña con la ilusión de sacar del sótano a los Ruleteros.
Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso
"Dale profe. ¡Qué clase!", se escucha cierta porra con acento mexicano. "Tengo que aprovechar de ponérmela ahora que bajé de peso", lanza relajado el hombre del momento, aquel menudo argentino de 43 años que diera qué hablar por su osada pizarra con O' Higgins y Universidad de Concepción bajo su tutela en los pastos nacionales.
"Son lindos colores, eh". Las cámaras y flashes captan el instante en que el ex Rosario Central, Feyenord (Holanda), Alavés (España) y Quilmes en su etapa de jugador, luce una ajustada camiseta Oro y Cielo, entre cómplices sonrisas de sus jefes directos, Pedro Cedillo, presidente de Everton, e Ignacio Hierro, gerente deportivo, quienes lo blindan en esta etapa. "Los objetivos con Pablo siguen siendo los mismos: no sólo ganar, también marcar diferencias. Cumple con toda nuestra idea", dice Cedillo.
Aquí en la sala de prensa del complejo deportivo en Reñaca Alto, se le percibe contento a Pablo "Vitamina" Sánchez en su nuevo reto, no menor: sacar a Everton del fondo de la tabla, tras una pobre sumatoria de tres unidades en seis fechas del Torneo de Apertura cosechadas en manos de Héctor Tapia, quien ya es historia. Tal como los 16 técnicos que desde 2004 han desfilado por la tienda evertoriana.
"Vamos a por todas"
El desafío no amilana a "Vitamina". "Es un privilegio de ser parte de la elite del fútbol chileno, no somos muchos los que tenemos este tipo de posibilidades", aduce el entrenador, quien agrega: "Queremos ser protagonistas: atacar y defender con criterio". Reconoce que le tocó llegar en un momento de apagar incendios. Y él -dice- tiene con qué: en esta etapa, cuyo contrato se extenderá por la temporada -vale decir, hasta mayo- lo acompañarán Leandro Martin, ayudante; Cristián Mincheli, PF, y Héctor Lastra.
Pese a haber dormido la nada misma producto de una contratación relámpago que lo sacó de su Rosario natal y lo tuvo en una terna frente a su paisano Claudio Vivas y el azteca Ricardo La Volpe (se cayeron por el alto costo), Sánchez hoy infla pecho: "Yo llego aquí (como en los lugares que entrena) y veo a los mejores del mundo. También está en mi tratar de convencer de eso a los jugadores". Pero aclara: "Conozco a muchos del plantel en estos tres años que llevo en Chile. También consulté internet".
No es misterio: el fútbol de Tapia no era del paladar del hincha evertoriano. El argentino pretende ganarse con su sistema de juego 4-3-3 a la hinchada viñamarina la cual, por redes sociales, ya dieron su pulgar arriba. "Desde que llegué a Chile (salvo un tramo en un torneo con la U de Conce que utilizó el 4-4-2) es mi libreto. Un sistema ofensivo con extremos, flexible. Pero ojo, no queremos ser un equipo desequilibrado. Evitar los mano a mano. Quiero que mi estadía acá sea larga".