Pese a que es uno de los actores más populares de la televisión abierta-tal vez el más querido por la audiencia-, Jorge Zabaleta no suele hablar en detalle de su vida íntima. El protagonista de "Sres. Papis" es un hombre que le hace el quite a la sobre-exposición mediática. Sus constantes apariciones en la prensa y en la pantalla chica suelen ser a propósito de su trabajo, no de su vida personal.
Pero el actor ahora aceptó hablar de su faceta más íntima, en la que contó sus planes a futuro como empresario hotelero, y recordó algunos hechos de su pasado, como la crisis que pasó tras el escándalo de La Polar- compañía de la que era rostro-, y la separación de casi cuatro años que atravesó con su pareja, la diseñadora Francisca Allende. Ambos tuvieron un quiebre hace más de una década, pero luego retomaron su relación. En sus más de 20 años juntos han tenido tres hijos: Raimundo (20), Milagros (10) y Antonio (8).
El actor admitió que el despegue de su carrera en la década del noventa afectó su relación con Allende, debido a que se dejó llevar por la fama .
"La fama, la exhibición pública, es fuerte y en cierta medida te afecta. Siempre he pensado que no me afectó tanto, pero sí al entorno. Se descoloca, porque no logra entender y uno tal vez no sabe explicarlo. Entonces ahí se producen los quiebres, porque te vuelves famoso y te empiezan a invitar a partes y también te das cuenta de que encajaste. Comienza una euforia de conocer cosas nuevas, de trabajar con gente que habías visto en la tele. Todo felicidad por ese lado y descuidas a la persona que tienes al lado, porque quizás la recriminaste por no entender ese buen momento", dijo a la revista Sábado de El Mercurio.
"Fue el problema cuando me separé de mi mujer. Creo que las separaciones responden a momentos tan específicos de la vida, pero son etapas. Nosotros estuvimos separados casi cuatro años, donde tuve una relación súper estable durante todo ese tiempo, tal vez tu pareja te ve desde afuera y ve que no has cambiado tanto y de repente todo se acomoda y uno tiene que ser lo suficientemente inteligente y maduro para pedir disculpas, agachar el moño y decir que 'la embarré en esto, en lo otro', que fue una etapa y sigamos", admitió.
Zabaleta explicó que en aquel entonces se encontraba inmerso en una experiencia desconocida y atractiva. "Era algo nuevo que estaba viviendo, como ganarse el Kino. A mi hijo mayor le pasa lo mismo: en el colegio siempre tuve una sensibilidad distinta a mis compañeros, pero te educan para ser abogado, ingeniero, no para ser artista".