Sebastián Paredes C.
Camila Bellota es una stripper y actriz porno que durante un tiempo estuvo trabajando en el conocido y exclusivo night club santiaguino, "Diosas". En dicho lugar tuvo la posibilidad de conocer al hoy por hoy, hombre más buscado de Chile: Rafael Garay.
"Nunca me gustó su vibra, por eso nunca me acerqué más de la cuenta a él. Se veía un tipo violento, al local llegaba con aires de violencia", relata Camila en conversación con el diario la Estrella.
La stripper cuenta que "él gastaba montos superiores al millón de pesos en una noche, considerando que la botella de alcohol cuesta más de 200 mil pesos. Consumía tanto que una vez llegó a gastar 20 millones con amigos. Siempre contaba una que otra historia, por ejemplo que él no podía tener hijos y que una vez en la India se había muerto un niño en sus manos. Eran historias raras porque a veces los datos no concordaban".
Lo que más le llamaba la atención a Camila era lo solitario de Garay. "Siempre se veía rodeado, pero en realidad estaba solo. Muchas veces pagaba y se quedaba dormido ahí mismo, mientras las demás chicas tomaban el trago que había comprado", señaló la bailarina que en una oportunidad presenció la violencia con que Garay solía actuar.
"Él a veces llegaba muy de buena onda, pero otras veces no. Hubo una vez que se topó de hombros con otro cliente y al final lo terminó agrediendo. Claro, los guardias defendieron a Garay y al otro tipo lo sacaron", detalló Camila Bellota.
Pero así como el calvo autodenominado economista tenía su lado violento, también tenía su lado sensible, según cuenta la bailarina. "Una vez lo vi llorar con una de mis compañeras. Él estuvo llorando harto rato y mi compañera lo consoló por bastante tiempo; eso me pareció muy extraño. Era cuando se supone que tenía el famoso cáncer", dijo la ex integrante de "Diosas".
Camila pudo observar desde lejos el actuar de Garay y de esta forma trató de configurar su imagen. "Una vez hablé con su chofer y le hice el comentario que me daba pena Rafael. Es un hombre guapo, porque lo es, pero siempre andaba solo, buscando compañía en la noche. Él contrataba a las chichas no para tener relaciones, sino para que lo acompañaran a fiestas", finalizó.
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