Manuel Gómez Poblete
Uno que otro secreto de camarín -evertoniano, en este caso- ha salido a la luz, luego del "Clásico Porteño" disputado el sábado en Playa Ancha.
Partiendo por la camiseta alternativa (que ya suma tres triunfos seguidos, primero ante Audax Italiano, luego frente a Palestino en Copa Chile y ahora con Wanderers), pasando por el fervoroso rezo -previa al grito de guerra- que encabezó en el vestuario visitante, el propio presidente de Everton, Pedro Cedillo... hasta las molestias estomacales con que jugó en capitán, Marcos Velásquez, quien en base a puro suero y recetas caceras... llegó con lo justo al duelo ante Wanderers.
"Tuve una semana bastante mala, ya que me hija presentó un tema viral que después me agarró a mi. Ya desde el martes, por ahí, que comencé a entrenar a medias... con algunas molestias, estuve varios días con vómitos, indigestión, decaído y después me trataron con suero en la semana y también en la concentración, ya que no podía llegar deshidratado al partido".
-O sea, no fue tan simple lo suyo. ¿Qué le diagnosticaron, finalmente?
"Tuve una gastroenteritis viral, que me impidió entrenar al cien por ciento. No me sentía del todo bien, pero ahí Jaime Núñez, el paramédico, me trató muy bien... con harto suero y le puso muchos chiches... harta magia, ya que él se maneja en los temas médicos".
-Pero cuéntenos, previo al partido, ¿durmió bien, por ejemplo?
"La noche anterior, después de la cena, me pusieron dos galones de suero. Y al otro día estaba bien, pero no al cien por ciento... ni como uno quiere estar para jugar. Yo de igual modo, no me lo perdía por nada del mundo este clásico... y en la cancha me sentí mejor. A lo mejor si hubiese sido otro el partido me cuidaban más o me dejaban en la banca, pero yo quería jugar sí o sí.
El FESTEJO
En relación a lo que significa sumar un tercer triunfo consecutivo con "Vitamina" Sánchez a la cabeza, el central Velásquez indicó que "seguimos todos felices, ya que lo único que queríamos y pensábamos era en ganar. Y lo estoy disfrutando con mi familia, junto a mi mujer que me acompañó al estadio y con mis hijas.
-Y tras el festejo... a pensar en la "U".
-Claro que sí. Aún nos quedan muchos días para ese partido, pero ganar el clásico te deja con la moral en alto y la confianza al tope. Vamos a tener todos estos días para trabajar y disfrutar. El grupo está mucho más tranquilo y ya pensaremos en lo que es ese partido con la U.