desafíos

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"El mayor desafío es pensar como si efectivamente estuvieras escribiendo cartas y no mails, pensar en el efecto físico que eso producía, recordar cuando escribía cartas, cosa que hice. Pero mi desafío no sólo era el género epistolar, sino también el paper académico, el contrato, que incluí en la novela, es decir, todo lo que es menor o "no novelable" y que ni siquiera es íntimo, eso me interesaba trabajar".