Camila Espinoza López
Concentrada en su carrera musical y enamorada se ve a Francisca Sfeir. La cantante y actriz sigue trabajando en lanzar nuevos temas y el próximo año tiene previsto contraer matrimonio con su pareja, Juan Pablo Queraltó.
A diferencia del común de las novias, la ex chica del Tiempo de Mega, dice no complicarse con los preparativos. "Soy súper poco estresada. Todo el mundo me está diciendo: ¿en qué mundo vives? Lo hemos tomado con demasiada calma", cuenta riendo.
La hija del ex candidato presidencial Alfredo Sfeir destaca que "creo que este año ha sido el mejor de mi vida. Así que el 2017 va a partir con todo. Acabo de sacar nueva canción con Alberto Comesaña, vocalista de Amistades Peligrosas. Se viene en paralelo al disco un proyecto de colaboraciones internacionales".
¿Cree que ayudó mucho en su carrera que su canción "A dónde va el amor" apareciera en "Pobre gallo" de Mega?
Sí. Fue muy popular la teleserie. Además, a veces las radios no se la juegan por poner una canción y apostar por ti. En la teleserie la gente se mete en la historia y se encariña con los personajes y la música también.
¿Cuenta con proyectos en teatro?
Siempre estoy autogestionando proyectos para que la cosa se mueva y se genere trabajo para los actores. Estamos preparando el regreso de "Jesucristo superestrella". También está la obra "Que Viva Broadway!", que se vende todo el año, porque es muy familiar e incluye canciones de otros musicales.
¿Volvería a trabajar en el Tiempo?
No. Fue una etapa muy bonita y aprendí mucho, pero no lo volvería a hacer. No es lo mío. No es en lo que me proyecto y, gracias a Dios, la gente ya me conoce por lo que soy. En su minuto se me ofreció esa oportunidad y uno dice, ¿por qué no?
¿Cuándo se casará con JP?
No me gustaría esperar tanto, creo que nuestra vida va a cambiar a comienzos de año...
¿Por qué la decisión de casarse?
Simplemente se dio. Estamos en un momento en que el amor explotó para los dos, de forma muy compenetrada.
¿Qué los conectó?
Muchas cosas. Somos unos pernos amorosos. Nos tratamos con mucho respeto y cariño. Suena obvio, pero en las relaciones amorosas a veces no se da tanto eso. Uno ama, pero con dolor, rabia o celos. Nosotros somos unos monitos de peluche.
Somos unos apasionados por nuestra vida profesional, aperrados y trabajadores. Juan Pablo no podría tener una mujer que no entendiera eso y yo no podría tener un hombre que no lo entendiera.