Los del Cerro y su festejo navideño a todo "Pascuero"
Barristas de Everton celebraron ayer su quinta "Navidad Oro y Cielo" con regalos para la familia en Reñaca Alto.
Guillermo Ávila N. - Sección Deportes
El día no podía estar mejor: despejado, cálido y con un invitado sorpresa a todo lujo, el "Viejito Pascuero". Un símbolo universal de la Navidad, que en su paso por el complejo municipal en Reñaca Alto -a pasos de las canchas de Everton- entró como campeón para el delirio de toda la familia evertoriana.
Mientras algunos gozan de la amplia piscina, otros comen asados en los quinchos, saltan como en el tablón sobre juegos inflables y se arman pichangas en las generosas canchas del lugar. Claudio Morales Gálvez, de 26 años y oriundo de Los Placeres, suda la gota gorda -pero de felicidad- con una misión, aquí no menor: coordinar al éxito esta masiva actividad.
Como referente de la barra "Los del Cerro", Morales asegura que se trata de la quinta 'Fiesta Navideña Oro y Cielo', con una gracia de aquellas: es totalmente autogestionada.
Hace un lustro, "partimos en Forestal con algo pequeñito, con 50 niños en condición de vulnerabilidad". En el papel, hoy fueron invitados 300 peques. En la realidad, más de 350 menores -junto a padres y familiares- disfrutan de lo lindo, a la vez que el Pascuero les repartió bolsas de dulces y golosinas.
Ruleteros regalones
Pero como el "barbón de rojo" es generoso, también trajo consigo 350 balones de distintos diseños para los presentes. "Esta vez quisimos escaparnos a todo", dice Claudio Morales, acompañados de un pelotón de barristas de los LDC, con un mensaje de unidad: "Somos hinchas. Queremos un estadio lleno y ojalá que el club nos apoye para atraer más gente".
Felipe Roco tiene 18 años y pese a estar postrado desde su silla por una enfermedad que lo tiene en una lucha donde hay que mojarla de verdad (como se le pide a los pupilos del "Vitamina"), su felicidad sólo pasa por acompañar a Everton... donde vaya. Algo que a su lado, Marisel Farías, la madre, confirma: "Echamos para adelante, como nuestro equipo de toda la vida".
Rodrigo López a sus 30 años y de Santa Inés, ya se bajó de su trineo (no queremos revelar lo obvio). Con dos hijos ruleteros, la pasión viene de adentro: "Me ofrecí. Todo esto va para los niños del club".
Claudio Morales, ya con la emoción del momento, dice que lleva tres meses armando esta celebración. "¡Uno cumple!".
Fiesta navideña que contó con evertorianos de todo el país y con el Pascuero de los deseos... con la "guata amarilla" más goleadora que nunca y un regalo antipado: el debut Oro y Cielo en la Sudamericana.