Nicole Valverde S.
Basta con remover un poquito los recuerdos para que las huellas que un incendio deja en los porteños vuelvan a encender las llamas del dolor.
El sonido de las bombas, las alarmas de incendio, hasta el olor a quemado pueden ser sinónimo de angustia. Y se suman acontecimientos lamentables, como el megaincendio de 2014 y el reciente siniestro de Playa Ancha, que enrostran la fragilidad de la vida en los cerros porteños.
Hoy, cuando se cumplirán cuatro años del incendio que el 14 de febrero de 2013 destruyó las viviendas de más de 280 familias de Rodellillo, San Roque, La Planchada y Los Placeres, los damnificados exigen "ser indemnizados de manera digna" por la empresa constructora RVC y la sanitaria Esval, a quienes apuntan como responsables de la desgracia que los llevó a perder el esfuerzo de toda una vida: sus casas y sus recuerdos.
Todavía esperan
Julio Muñoz llegó hasta la Plaza Cívica con su esposa para manifestarse junto a sus vecinos. Y aunque la mayoría ya reconstruyó sus hogares, aseguran que llegarán hasta las últimas consecuencia.
"Nosotros nos quedamos con lo puesto. Ha pasado el tiempo y aún estamos esperando que RVC y Esval nos indemnicen como corresponde, porque hasta el momento no se han pronunciado. Ellos tienen que hacerse cargo de los daños que a estas alturas son más que nada una terrible carga sicológica que todos tenemos", dice Julio.
Cabe recordar que el mismo año del incendio, los damnificados demandaron por $4.500.000.000 a ambas empresas, para que respondieran económicamente por los perjuicios.
El juicio es tramitado en el 4º Juzgado Civil de Valparaíso. Y hoy a las 10.00 horas será el comparendo de conciliación en el que los demandados (Esval y RVC) podrán ofrecer una indemnización a los demandantes para poner término al juicio. Sobre la demanda, el abogado de las familias damnificadas, Rodolfo Precht, señaló que "las ofertas que ha hecho la constructora RVC son ofertas miserables e indignas. En el curso del juicio civil, ha ofrecido sólo $2.000.000 por familia, lo que realmente no alcanza a restablecer la situación de las familias previa al incendio. Ni en lo material, ni en lo económico, ni en cuanto al daño sicológico que han sufrido".
Según el abogado Precht, Esval -empresa a la que apuntan por la falta de agua en los grifos- no ha ofrecido ninguna indemnización.
"Las familias han decidido alzar nuevamente la voz, para exigirles que dejen atrás su indolencia y -con responsabilidad social- se hagan cargo de los perjuicios que sufrieron. En el caso de RVC, por ser la empresa para la cual trabajaba el obrero Carlos Rivas, que por orden de sus superiores se dedicó ese día a cortar fierros con un esmeril, lo que causó el incendio. Y en el caso de Esval, se reclama indemnización porque los grifos no funcionaron. Y eso es una constante en nuestra ciudad", afirmó Precht.
EL ÚNICO CONDENADO
El año pasado, el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso condenó a Carlos Rivas, obrero soldador de la empresa constructora RVC, por su responsabilidad penal en ese incendio. El trabajador reconoció haber estado cortando fierros con esmeril el 14 de febrero de 2013 y que, producto del viento, las chispas de su faena generaron el fuego en pastizales aledaños a la obra, alcanzando el bosque y extendiéndose a decenas de casas.