Fabián San Martín D.
Un osado atraco a mano armada en horario matutino, protagonizó ayer una banda delictual a pasos de la plaza Aníbal Pinto.
A las 10.20 horas dos sujetos a rostro descubierto simulando ser clientes entraron a la tienda Tricot de calle Esmeralda. En el sector de las cajas extrajeron armas de fuego cortas, e intimidaron a dos trabajadoras, mientras que un tercer empleado fue golpeado y reducido. Le colocaron una capucha en la cabeza y lo amarraron con cables de manos y pies, para evitar que opusiera mayor resistencia.
Con la vía libre los antisociales se fueron de cabeza hasta la caja registradora, donde se apropiaron de unos 700 mil pesos en efectivo. Luego sustrajeron una gran cantidad de equipos de telefonía celular, avaluados en 3,5 millones de pesos. Con el botín en su poder escaparon raudamente hacia la calle y se esfumaron. "Fue violento el asalto en la forma de intimidación, pero sin resultados negativos para los dependientes", sostuvo el fiscal de turno, José Miguel Subiabre, que se apersonó en el sitio del suceso. El abogado añadió que un tercer delincuente aguardaba en el exterior de la tienda, y se presume escaparon en un vehículo indeterminado. A petición del fiscal, acudieron peritos del Labocar a buscar huellas y rastros de ADN de los antisociales, mientras que personal del OS-9 de Valparaíso quedó a cargo de la investigación. Empadronaron a las víctimas y testigos, que entregaron datos para la elaboración de retratos hablados. "Esperamos que el cúmulo de diligencias ordenadas por el Ministerio Público, puedan dar prontamente con el paradero de los sujetos que hicieron este asalto violento", recalcó Subiabre, que ratificó el local posee cámaras de seguridad, pero no estaban operativas al momento del delito.
El capitán de Labocar, Hernán Casas-Cordero, dijo que trabajan afanosamente para identificar a los autores del ilícito. Recogieron evidencia para los análisis en el laboratorio.
Habla víctima
"Un tipo pasó agachado por el lado del mesón, sacó un revólver y me lo puso en la cabeza y en el brazo y nos tiró al suelo. Que le diéramos la plata y que no lo miráramos, que no nos iba a hacer nada. Luego nos dijeron que no nos levantáramos, que había un tercero afuera vigilando. Cuando nos tiraron al suelo fueron violentos, yo les decía que se llevaran todo, pero no nos tocaran. Mi compañera sufrió un ataque de pánico. Es terrible, ahora atacaron temprano cuando saben que no anda mucha gente", relató a TVN una de las afectadas.