Erika Rojas Salazar
El debut de Wanderers en el Clausura será bastante más tarde de lo previsto inicialmente. Es que a la negativa de autorizar el partido de mañana con O'Higgins, se suma el estado de excepción en Concepción -próximo rival del Decano en el sur- y nuevamente habría problemas para jugar en Playa Ancha con U. Católica el 18 de febrero, dado a que es un partido tipo A y seguiría el estado de emergencia en la región de Valparaíso.
"Nos sorprendió bastante la suspensión tan encima, no estaba dentro de nuestra planificación, pero son cosas que pasan. Definitivamente no nos conviene porque queremos comenzar a competir pronto, pero ya debemos pensar en la U. de Concepción...", expresó Eduardo Espinel, quien no dudó en confesar que "está siendo muy desprolijo el arranque y se pensaba que la suspensión iba a ser para toda la fecha. Se debió haber cortado por lo sano y no haber partido con esta tragedia de por medio".
Hablando de una posible suspensión con la U. de Conce, el técnico uruguayo declaró no tener mayores informaciones, pero de ser así, se deberá buscar fechas intermedias o Fifa para jugar los duelos pendientes.
Respecto al duelo ante O'Higgins, aún no hay nada conversado, pues se deben reunir ambas partes para fijar un horario conveniente y que no interfiera en la participación de los rancagüinos en la Copa Sudamericana.
Finalmente opinando sobre la "estigmatización o discriminación" descrita por el vicepresidente Miguel Bejide, acerca de la no autorización del partido, por parte de la gobernación; Espinel declaró que prefiere no creer en una cierta "cargada de mano" hacia Wanderers y sólo hablar de casualidades.