Fabián San Martín D.
Es más fácil pillar a un mentiroso que a un ladrón, dice el refrán. Y así le pasó a una mujer que movilizó a la policía por un supuesto robo con secuestro, el que inventó para encubrir una infidelidad.
La protagonista de la historia es P.A.V., 38 años, quien denunció a Carabineros que salió de su domicilio en Forestal Alto con la intención de dirigirse hacia su trabajo. En calle Isla de Pascua abordó un colectivo, del que no recordó la línea y características del vehículo, cuyo conductor a poco andar extrajo un spray y le lanzó un chorro al rostro.
La mujer aseguró que el líquido le provocó un adormecimiento de distintas partes de su cuerpo, hasta que finalmente se durmió. Indicó que horas más tarde despertó en una habitación oscura con poca luz, y apenas a través de unas rejillas pudo observar hacia el exterior y divisar unas palmeras en una quebrada.
Pero su "calvario" no terminó allí -según la denunciante- porque nuevamente el desconocido le aplicó una segunda dosis de spray adormecedor en el rostro, que la hizo perder el conocimiento. Cuando P.A.V. despertó del sueño inducido, se hallaba en la vía pública y le faltaban 60 mil pesos en efectivo que le habían sustraído. La afectada se dirigió entonces hasta la tenencia El Belloto a efectuar la denuncia, donde se verificó que se hallaba en buenas condiciones, sin lesiones aparentes.
Los uniformados dieron cuenta del hecho al fiscal de turno, Lionel González, que dispuso la concurrencia de personal especializado de la Sección de Investigación Policial (SIP), que fue asesorado en las diligencias por una patrulla de la sección OS-9 de Carabineros de Valparaíso. Aparte del habitual empadronamiento de testigos, los investigadores trataron de recabar antecedentes a través de diferentes vías, una de ellas posibles imágenes de cámaras de televigilancia o de seguridad de casa habitación o negocios.
Desliz
La perspicacia policial develó que algo no cuadraba en la historia de la mujer, que cayó en diversas contradicciones en su declaración, y cuando se verificó que lo que expresado por ella no era efectivo y fue confrontada, finalmente terminó por quebrarse y llorando admitió la inverosimilitud de su relato, que lo atribuyó a su apremiante necesidad de dar explicaciones a su pareja por un desliz sentimental. Al no existir un delito, la mujer pudo retirarse a su hogar sin consecuencias legales, pese a que movilizó recursos y desvió la atención de la policía. Trascendió que la "víctima" es madre de una cabo de Carabineros de dotación de una comisaría del valle de Aconcagua.