La lucha de Gómez Carreño por mantener vivo su Parque Natural
Desde la fundación del cerro, miles de personas han disfrutado de los paisajes y la biodiversidad que hay en este rincón escondido, lleno de especies únicas. Muchos temen su destrucción ante el avance de grandes proyectos inmobiliarios.
Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
"Nuestro comité está compuesto por diez vecinos que, desde hace cinco años, se han reunido para impedir el avance de proyectos inmobiliarios que están destruyendo, de a poco, el Parque Natural Gómez Carreño. Por estos días la construcción de una torre de 25 pisos está arrasando con el último mirador que nos quedaba para deslumbrarnos con la belleza del lugar", sostiene el presidente del Comité Ecológico Parque Natural Gómez Carreño, Roberto Contreras.
Luego de una tarde entera conversando con una gran cantidad de viñamarinos sobre sus anhelos, dramas cotidianos, pasiones y sueños, la conclusión que saca la gran mayoría, con respecto a la situación que vive actualmente la ciudad, es clara. El problema general que ellos describen es la preocupación privilegiada hacia el centro, en desmedro de todos aquellos que, por décadas, le han dado vida a los alrededores de la ciudad: los cerros.
Es el caso de los vecinos de Gómez Carreño, quienes han estado dando una lucha silenciosa, que reclama la destrucción progresiva de uno de los Parques Naturales más ricos que hay en la costa. Un rincón desconocido que, desde los inicios del cerro, ha servido como punto de encuentro para todos aquellos que gustan de pasar tiempo con la familia, hacer un asadito pal' 18, o simplemente contemplar la biodiversidad de Viña del Mar.
Los primeros habitantes que llegaron a poblar el sector, a mediados del siglo XX, conocieron íntimamente el Parque Natural Gómez Carreño, así como también los secretos que hay detrás de todos sus recovecos. La poza de la Virgen, por ejemplo, era el nombre de uno de los tantos lugares privilegiados que hoy ya no existen, una suerte de balneario natural que recibía, cada semana, a decenas de vecinos que solo querían arrancar de la masividad de las grandes playas.
"No es necesario salir de la región o ir al cerro La Campana para encontrarse a solas con la madre naturaleza, es cosa de que te acerques a tus orígenes y disfrutes de aquello que tienes al lado", enfatiza Roberto Contreras.
Un parque para todos
Cada uno de los cerros que hay en la ciudad jardín tiene una mística propia, no es posible encontrar uno igual a otro, aún cuando todos ellos comparten la misma raíz. Mientras hay algunos que no tienen buen acceso a la locomoción o el comercio, en Gómez Carreño es posible encontrar ferias populares, bancos, incluso una potente zona comercial.
Entre los locatarios nos encontramos a un librero que prefiere no dar su nombre. Cuenta que, desde hace mucho tiempo, trabaja como vendedor en el cerro, así que le ha tocado vivir de cerca todo el proceso de arrinconamiento del que ha sido víctima el parque. "Mire yo no vivo en Gómez Carreño pero este lugar nos pertenece a todos, así que ojalá que lo que están haciendo por él rinda frutos y se pueda conservar", agrega este trabajador.
Cada día que pasa es posible encontrar a gente paseando por el lugar tomando fotografías, o sorprendiéndose con cada una de las postales que ofrece. "Ohh la media vista", me dice el fotógrafo de nuestro diario. Para el presidente del comité, el Parque Natural es ideal para aquellos que gustan de hacer deporte y, a la vez, deleitarse con las bondades "que ofrecen nuestros cerros".
Hasta una base, propia de las ramadas, espera con ansias la llegada del 18 de septiembre, para que así vuelvan a brillar los colores de una festividad que junta a toda la familia en torno a la empanada, la chicha y la cueca.
El juego del palín
Hay una comunidad Mapuche que se ha vinculado, directamente, con el desarrollo del comité, así como también con las actividades que en el parque se realizan. Ricardo Morales es una suerte de líder para aquellos que se identifican con Lof Trawün Ailla Lafken, que se traduce al castellano como el Encuentro de los Nueve Mares, la comunidad que se ha acercado al Parque Natural, utilizándolo como el centro de sus reuniones espirituales y como la cancha de sus juegos típicos.
El palín es uno de esos deportes ancestrales que allí se practican. Un encuentro social que el pueblo mapuche desarrolla, desde hace siglos, para fortalecer las relaciones políticas, espirituales y culturales entre las comunidades (lof) y sus autoridades (longko). En él se comparte el juego, los alimentos y la conversación.
"Colaboramos también con nuestros hermanos chilenos en la celebración de su fiesta nacional, pues nosotros también tenemos una. Así que nos tomamos el tiempo para apoyar y saludar a su pueblo. Por nuestra parte, realizaremos prontamente uno de nuestros ritos más representativos", comenta Morales.
Efectivamente, el 24 y el 25 de junio conmemorarán una nueva versión del We Tripantu, conocido también como el año nuevo Mapuche. "Sean todos bienvenidos, Mapuches o no, en esta actividad", agrega.
Una historia de lucha
La idea de crear un Comité Ecológico Parque Natural Gómez Carreño se remonta al año 2012, cuando vecinos y jóvenes se dieron cuenta de que estaban perdiendo aquellos espacios naturales históricos, y de los que todos se benefician, como la ya nombrada Poza de la Virgen. "En la primera asamblea se definió, como punto central, que debemos hacer todo lo posible por impedir el avance de las inmobiliarias", cuenta Roberto Contreras, el actual presidente de la organización.
Con el pasar del tiempo se fueron enterando de las características únicas que tiene el parque, dadas por la presencia de una variedad enorme de aves y de especies botánicas. El Belloto del Norte es una de ellas, un árbol que fue considerado en 1995 como monumento nacional y que se puede encontrar, principalmente, en las zonas del interior. Es así como los estudios levantados por el comité, llegaron a la conclusión de que el Parque Natural Gómez Carreño es la principal reserva Costera de esta especie.
De ahí que el interés sea trabajar en todo lo que esté a su alcance para, así, convertir el parque en un territorio protegido. Y han hecho de todo, desde actividades con escuelas, hasta intervenciones callejeras, mostrando a los edificios como si fueran una suerte de monstruos que atentan contra la identidad de Gómez Carreño. Según dicen, una de las intervenciones que más orgullo les trae, es haber funado la Alfombra Roja en plena gala festivalera. Más allá de haber salido o no en televisión, su objetivo era ser captados por los gráficos y que su mensaje fuera replicado en cientos de lugares.
"Queremos recalcar que la gente que vive en esos edificios no son nuestros enemigos, ya que la mayoría de ellos son arrendatarios, o gente que viene a pasar el fin de semana y que no tiene un contacto directo con el cerro. Nosotros protestamos contra las inmobiliarias, e incluso hemos presentado soluciones a este problema", indican desde el comité.
Por ahora el anhelo de los vecinos está muy lejos de cumplirse, pues creen que no ha habido voluntad por parte de las autoridades. A fin de año, sin embargo, el gobierno regional entregará los resultados de un estudio en torno a las condiciones que hay en el parque, sin duda una luz de esperanza en el camino de este popular cerro viña marino.