Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Pocos son los que en estos tiempos pueden presumir de invertir más de cien millones de pesos en una vivienda; sin embargo, luego de haber ahorrado lo suficiente como ingeniero informático, Eduardo Solís fue capaz de iniciar los trámites para adquirir la casa de sus sueños junto a su familia.
Un proceso que no terminó como le hubiese gustado.
Así, y luego de haber realizado las cotizaciones correspondientes para una casa de 191 metros cuadrados, Eduardo Solís se contactó con la empresa A+ Arquitectos, a cargo del profesor Gonzalo Abarzúa, quien se comprometió en su planificación y posterior construcción, en un terreno ubicado en la calle Rincón de La Patagua, en Villa Alemana.
Tras una negociación compleja, en la que se tuvo que reducir la superficie de la construcción por limitaciones presupuestarias, Abarzúa aseguró la terminación del inmueble por 120 millones de pesos, más otros veinte extra, destinados a satisfacer las emergencias que surgirían en el camino. Es decir, el total invertido sería de 140 millones de pesos para la casa.
Cuando se acabó la plata y el proyecto ya no podía avanzar, el profesional a cargo se contactó con los propietarios para solicitarles otros cuarenta millones. "Para nosotros eso fue intolerable, pues se presentaban como una compañía consolidada y confiamos en ellos. Después de que rechazamos darles esa plata, Abarzúa amenazó con paralizar la construcción e, incluso, quebrar los ventanales de nuestra casa", apuntó el demandante.
Por esta razón es que decidió realizar una demanda civil, en 2015, ante la Cámara de Comercio de Santiago, instancia que falló a su favor por la suma de 65 millones de pesos, que hasta hoy día no han sido pagados por los demandados. Según Solís, "eso pasa porque es una empresa poco transparente".
De ahí que su siguiente opción fue interponer una demanda penal ante el Juzgado de Garantía de Villa Alemana, por estaba calificada en contra de Abarzúa. "Estuvo citado dos veces antes y no se presentó. La primera vez alegó malas instrucciones de la fiscalía y la segunda, un viaje a España", concluyó Solís.
La voz del arquitecto
Para el abogado del denunciado, Víctor Demaría, "la demanda penal de Solís no tiene ni pies ni cabeza, ya que el contrato que él hizo fue con A+ Arquitectos y no con Abarzúa. Así es como se entiende que esta sea la segunda instancia penal a la que asiste, tomando en cuenta que la otra vez su acusación por violación de morada fue rechazada por los jueces".
Por estos días, Demaría se encuentra tranquilo ya que su defendido está en el extranjero con el consentimiento de la ley, expectante ante los resultados del 24 de mayo, día en que Solís y Abarzúa se verán las caras.