Guillermo Ávila N.
Enclavado en el cerro Playa Ancha, por la ladera que mira al Pacífico y a ese balneario tipo taza de leche que es Las Torpederas, se encuentran los 164.134m2 que componen al cementerio más grande de la V Región: el N°3 de Valparaíso.
Hasta allá, por la "subida Cementerio", desde hace unos días, aquellas carrozas fúnebres que desean acceder a este recinto que vio luz por primera vez en agosto de 1887 están, esas carrozas, literalmente de muerte: ya no pueden ingresar al Cementerio N°3. Eso al menos durante una hora. Al día.
Para ser exactos, de las 13 a 14 horas. La razón: 60 minutos que, desde el día 20 de mayo pasado, corresponden a la hora de colación del personal. Personal del camposanto que a su vez responde a la Corporación Municipal que es la entidad a cargo de los Cementerios N° 1, 2 (cerro Panteón y declarados Monumento Nacional) y 3 de Playa Ancha. Los mismos que fueron traspasados desde el año 1982 al Ministerio de Salud para luego derivar a la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, y a hoy a la Corporación Municipal porteña.
"Sí, hora de colación. Pero también hora de movimiento", claman desde el anonimato más sepulcral algunos de los encargados del negocio de las Funerarias (en su mayoría optan por no dar nombre) en su epicentro laboral, en calle San Ignacio.
¿lápida momentánea?
El hecho ha provocado cierta incomodidad en un gremio clave para los rituales funerarios. Así lo cree Milko Montalván, propietario de Funerales Montalván. A su criterio, desde la Corporación Municipal a cargo de sus trabajadores, éstos debieran tener un turno ético para este tipo de imponderables. "Cosa que manden antes de que lleguemos a alguien. Que dejen un turno predispuesto para los servicios fúnebres. Creo que en este caso eso sería lo ideal", considera.
Pablo Montaner, de Funerales Severino, presta ropa -sin saberlo- desde la otra vereda a Montalván, así como a Funerales Cubillos cuyos trabajadores también reconocen estar al tanto en este tema. Para Montaner, un recuerdo reciente. "Nos juntamos dos carrozas ese día. Llegamos a las 13:25 al cementerio N°3 y estaban todos los operarios afuera, al parecer ya almorzados. Sin embargo, no atendían hasta las 14:00 hrs".
Una voz que en carne propia vivió ese episodio en el N° 3 es la del conductor de una de las carrozas en esta cuadra que prefiere no ser identificado. "El día anterior, un martes, se habían juntado como tres carrozas. Y el domingo pasado un caballero nos dijo que se habían juntado tres carrozas, con toda la gente esperando afuera. ¿Qué pasa allí?". Y continúa: "La gente no puede estar esperando media hora para sepultar a un familiar, con las oficinas cerradas. Encima los curas en las iglesias que realizan las misas fúnebres no tienen idea del problema en el cementerio".
Allí donde está sepultada gran parte de la historia de Valparaíso, con personajes de la talla de Tomás Ramos, Baburizza, Deformes y familiares de Arturo Prat, está ubicada la oficina de la Corporación Municipal. Antes, Cristina Guerra, directora aclaró: "Es importante que nuestro personal maneje su hora de almuerzo. El objetivo de la medida: que nuestros trabajadores cumplan con su horario de colación de forma normal".
Justo... con horario
Ya en terreno, Lincoln Parra es el administrador de los cementerios 1, 2 y 3. Como tal, su cargo consiste en ver la parte operativa. Por eso viene llegando de un entierro. Reconoce que esta situación trae inconvenientes, como el de hace unos días. "Reclamo que es justo, pero la idea es que entiendan que esta medida no es contra nadie: únicamente que los trabajadores cumplan horario de colación".
Sin embargo, desde San Ignacio, el trabajador de la funeraria denuncia. "A veces esperamos hasta 40 minutos. Las familias llevan cinco o más autos, por lo menos 50 personas y muchas veces personas de edad. Un drama. Ellos van con dolor. Ese día una señora de edad vino a enterrar a su hijo que estuvo por años viviendo en Estados Unidos...". Y acusa: "¿Sabe qué pasa? Hasta allá fue la inspección del trabajo: se dieron cuenta que en horas de almuerzo estaban trabajando. Desde el cementerio tienen que mandar a esa hora a una cuadrilla, por turnos".
Al respecto, Lincoln Parra aduce que las empresas funerarias están avisadas. "Entendemos sus inconvenientes, pero estamos en un proceso de ajuste, llegando a buen entendimiento. Creo que nos vamos a coordinar bien", justifica.
Parra agrega que la empresa funeraria es la que coordina horario con la familia; y la familia coordina con la iglesia. "Nosotros tenemos horarios flexibles. No podrían quejarse que somos estrictos en eso". Eso sí, cierra el tema con la mira puesta al frente: "Esto nos permitirá hacer una reingeniería a este asunto. Darle una pronta solución".